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Libros de Texto: Malhechos no es lo mismo que comunistas | OPINIÓN

Por: Julio Ríos  | @julio_rios  | 10 de agosto de 2023

Por supuesto que NO deseamos una dictadura comunista -ni de ningún tipo – en México. Por eso se comprende que los padres de familia estén asustados con la intensa y perniciosa estrategia de políticos de oposición y algunos medios de comunicación que consiste en calificar a los #LibrosDeTexto como Comunistas

Con ello contaminan una discusión que debe darse con seriedad, pues estamos hablando de la educación de niñas y niños, lo cual para nada es cosa menor.

Es verdad que existe un «sesgo ideológico», el cual solamente aparece en las guías para profesores, no en los libros para los niños. Su enfoque teórico está basado en «Una Epistemología del Sur», obra de Boaventura de Sousa Santos (un famoso doctor en Sociología por la Universidad de Yale).

Entiendo también que a algunos les molestan algunas referencias directas a teóricos socialistas e incluso anarquistas (quienes, hay que decirlo, también han tenido influencia en las democracias liberales). Otro hecho es que se mencionan hechos sin citar la fuente respectiva (como el llamado fraude del 2006), lo cual es una deficiencia técnica imperdonable, pues debería haber una referencia académica a cada suceso que se enlista en este tipo de materiales y no simplemente enunciarlo como si de una columna de opinión se tratara.

Lo que es aún más inaceptable son los eufemismos para justificar crímenes de la guerrilla (La legitimidad de sus ideales es otra discusión). Pero también es innegable que la Guerra Sucia de la década de los 70 existió, y tan fue así que el Gobierno Mexicano también cometió sistemáticas violaciones a derechos humanos. Pero la reseña de esos hechos debe apegarse a un método científico con perspectiva de objetividad histórica. No basta con una encendida retórica.

En el tema de género, diversidad y educación sexual, no es nuevo que algunas asociaciones de corte conservador se resistan. Ocurrió en 1959 cuando Jaime Torres Bodett creó la Comisión Nacional de Textos Gratuitos y en posteriores sexenios grupos de padres de familia y de la iniciativa privada no han dejado de asustarse y levantar la voz. Desde mi punto de vista, y recordando que existe un sano principio de laicidad de la educación, estas temáticas deben ser abordadas en los programas de estudio. Es en los hogares, los padres de familia habrán de profundizar en los matices, pero ya no podemos cerrar los ojos a una realidad que existe en nuestro entorno. Un libro de texto que no aborde los derechos de las mujeres o la identidad de género, es obsoleto, desde mi punto de vista. Los valores religiosos, también respetables, son cosa del hogar y corresponden al ámbito personalísimo. Una educación laica debe educar con enfoque de derechos humanos y no desde una moral arbitraria.

Entiendo la preocupación legítima de algunos padres de familia, pero de eso, a decir que los libros son comunistas, es una confusión conceptual. Pero de hecho, el socialismo y el comunismo ya ni siquiera existen en ninguna nación del planeta. Ni en China, ni en Venezuela y ni siquiera en Cuba. Así como ningún país tiene un esquema donde el gobierno no incida ni meta las manos en nada, es decir, cien por ciento neoliberal.

Esta tesis se plasma por ejemplo en un estupendo libro llamado «Capitalism Alone: The Future of System that Rules the World», de la autoría del profesor de Harvard, Branko Milanovic, quien afirma que el único sistema económico vigente y dominante en el mundo es el capitalismo. En este volumen Milanovic describe los diferentes formatos de capitalismo, que se agrupan a partir de dos grandes corrientes: «Capitalismo meritocrático liberal” y “capitalismo político”. Su trabajo fue reseñado como libro del año por importantes revistas globales.

Entendiendo esto, tampoco se puede negar que los #LibrosDeTexto tienen un cúmulo de deficiencias, advertidas por expertos en pedagogía, tales como:
Errores matemáticos y gramaticales, que jamás se habrían permitido en ningún proceso de edición serio en una editorial comercial.

Un desorden temático-pedagógico, ya que algunos tópico deberían ir antes que otros. Por supuesto que estos dos primeros puntos son deficiencias que se deben corregir.

Los libros tampoco cumplieron con los requisitos de la Ley General de Educación, pues en su proceso de elaboración no incluyeron a los sectores de la sociedad civil interesados en el tema. Dicho coloquialmente, se hicieron en lo oscurito.

Tampoco se publicó el Plan de Estudios en el Diario Oficial de la Federación, tal y como marca la norma.

Son estos aspectos legales los que tienen detenida la entrega de los libros en las escuelas , pues se demandó a través de un juicio de amparo por varias organizaciones, quienes obtuvieron una suspensión definitiva, hasta que no se resuelva una sentencia.

Y finalmente la información sobre el proceso de elaboración fue reservada, lo cual viola la Ley General de Transparencia, lo cual podríamos explicar en otro texto.

Hay que recordar que los Libros de Texto son solamente un instrumento más, de entre muchos apoyos que usan los profesores en el aula, quienes adaptan su experiencia docente a la realidad inmediata de su comunidad. Pero por supuesto que tienen errores, subsanables y que deben de ser corregidos.

En todo caso, a estos libros se les puede acusar de deficientes. Si usted quiere, de malhechos (lo cual no es cosa menor). Y también de un proceso de elaboración en lo oscurito en el que se convocó a los distintos sectores sociales. Pero de eso a invocar el regreso de un supuesto «virus comunista», me parece delirante. E insistir en ello contamina y hasta termina frivolizando una discusión que debería darse de forma seria y profesional, pero que ha degenerado en pánico e incluso en la chacota y la fabricación de memes.

Esos son los hechos objetivos. Lo demás, son fantasmas imaginarios.

www.juliorios.com.mx

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