Corte de cabello, maquillaje, peinado, colorimetría, desarrollo de la personalidad, mecanografía, taquigrafía o cuentas y balances. Conocimientos que se impartían en Tepatitlán para acceder a un mejor empleo y un salario decoroso, en una época en la que no había centros universitarios y no había tantas opciones de escuelas preparatorias.
Así es. En el pequeño Tepa de los años 70 y 80, una de las alternativas con las cuales las mujeres podían aspirar a mejores percepciones económicas, consistía en estudiar en alguna de las academias de educación privada en la ciudad.
Dos academias fueron las más famosas, aunque no las únicas: la Academia Comercial Municipal y la Academia de Superación Lupita. Y aunque no fue fundado en Tepa, también se recuerda al Instituto PAL.
Estás opciones educativas fueron una gran alternativa para familias que no podían pagarle a sus hijas un traslado a Guadalajara para estudiar una carrera, lo cual requería de mucho dinero para solventar hospedajes en la gran urbe. Además su duración de dos años permitía que rápidamente se incorporaran al mercado laboral y profesional de la ciudad.
La Academia de Jaimito
La Academia Comercial Municipal, mejor conocida como Academia de Jaimito, debido a su fundador, el siempre querido profesor Jaime de Jesús de la Mora Gutiérrez, fue fundada en 1969.
Tuvo como objetivo formar profesionales en el ámbito de la atención ejecutiva y secretarial para las empresas y oficinas de profesionistas en la ciudad y sus clases eran gratuitas, solo se requerían las ganas de capacitarse.
Ofrecía dos carreras técnicas: Secretaria Empresarial y Contaduría, con un programa de dos años de estudios.
«Tenía la particularidad de que inician clases a las 5:30 horas de la mañana, hasta las 7:30», narraba el periodista José Alberto Casillas en su libro «Historia de Tepatitlán, Tomo 4». Esto permitía que las estudiantes pudieran seguir trabajando.
De acuerdo en el periodista José Alberto Casillas, esta Academia estuvo situada en las mismas aulas de la escuela Niño Artillero, es decir, donde actualmente funciona el museo de la ciudad de Tepatitlán.
Su capacidad fue de 180 alumnos y entre las profesoras más recordadas están las maestras Gabina Aceves, Alicia Navarro y María de Jesús Gómez Graciano, entre otras.
Las estudiantes aprendían las técnicas propias de la profesión secretarial, tales como la mecanografía o la taquigrafía, muy útil para tomar dictados, además de operaciones básicas de la contaduría, tales como balances de ingresos y egresos y las famosas «Cuentas T».
Los estudiantes además no tenían que gastar en comprar una máquina de escribir que en ese tiempo eran muy caras. «Jaimito» como era conocido con mucho cariño, consiguió máquinas de escribir marca Remington para poder practicar.
Otra de las ventajas es que esta academia contaba con convenios con empresas de la ciudad, lo cual garantizaba que sus egresadas más aplicadas obtuvieran un empleo rápidamente.
La Academia Lupita
La Academia de Superación Lupita, fue fundada por la maestra María Guadalupe Jimenez de Pozos en el año 1981 y se enfocó en atención de alumnado femenino.
«Desde sus primeros años Lupita sintió vocación cultural, sobre todo en el campo de la belleza. Estudio en la Academia Municipal, dónde encontró el mejor camino para sus ambiciones. Después estudió corte y confección con Juanita y Teresa Rivera. Prosiguió sus estudios en Guadalajara y luego un curso de especialización en cosmetología en la Ciudad de México«, relata el periodista José Alberto Casillas en su libro «Historia de Tepatitlán, Tomo 4».
Ante la necesidad de aportar para Tepatitlán una escuela de belleza, en 1981, empezó con pocas alumnas, escribió José Alberto Casillas. Ya en 1984 la demanda aumentó y la Academia Lupita fue incorporada a la Secretaría de Educación Pública.
En la Academia Lupita impartían las carreras técnicas de Cultura de belleza, Corte y Confección y Alta Costura, Auxiliar de Enfermería y Cocina. Algunas de las materias básicas estaban corte y confección, rebordado a mano, manicura, maquillaje profesional, cosmetología, alta costura, pedicura, rizado avanzado y relaciones humanas.
Entre las maestras más recordadas, además de la directora Lupita Jiménez, también se guarda especial remembranza a las maestras Faby, Mary y Cuquita.
«Yo impartía clases en cultura de belleza de rizado, corte de cabello, colorimetría, maquillaje y en enfermería impartí ética. También desarrollo de la personalidad enfocado en Psicología», recuerda la maestra y licenciada en Trabajo Social, Cuquita Gutiérrez Gómez.
Tanto fue el éxito de la Academia Lupita, que no solo tenían alumnas de Tepa, sino que a sus aulas acudían jovencitas de poblaciones cómo Acatic, Paredones, Zapotlanejo, San Juan de los Lagos, Valle de Guadalupe y hasta de Aguascalientes.
«Posteriormente abrieron planteles en Jalostotitlán y San Julián. Dónde yo también me trasladaba para impartir clases y en Jalos di clases de cocina también», añade la querida maestra Cuquita.
Incluso, la dirección general de Secundarias Técnicas de Enseñanza Especial, le otorgó el reconocimiento oficial a la Academia de Superación Lupita.
«Sus alumnas, luego de ser graduadas encuentran campo de acción en los centros de estética o fundando sus propios salones de belleza» detalló José Alberto Casillas.
Algunas egresadas señalan que el aprendizaje colaborativo fue parte del modelo de la Academia Lupita, pues las mismas estudiantes aprendían y las más adelantadas iban enseñando a las otras. Algunas egresadas luego se convirtieron en maestras en esta u otras academias similares.
Las graduaciones de la Academia Lupita eran todo un acontecimiento. Incluso en alguno de los actos académicos se dio cita Jorge Arana Arana, quien en ese entonces era director del Departamento de Pagos del Gobierno del Estado y quién luego se convirtiera en alcalde Tonalá y aspirante a la gubernatura. Por supuesto no podían faltar los bailes en el Auditorio Hidalgo o el Real Casino para celebrar el egreso de las alumnas.
El Instituto PAL
El Instituto Técnico Secretarial «PAL», tuvo presencia en diversos municipios de México y la dirección general corrió a cargo del doctor Ignacio Najar Origel.
PAL abrió una escuela en nuestra ciudad y particularmente la sede de Tepa fue dirigida por la inolvidable maestra Neófita Ruelas Aleja. Sus cursos duraban dos años y ahí trabajaron profesoras cómo Evelia Ruvalcaba Martín y Lilia Rebeca Jiménez, ambas contadoras públicas.
Este Instituto también ofrecía carreras técnicas, y sus colegiaturas eran muy bajas, para que las familias no batallaran.
PAL también tuvo gran éxito e incluso hay Municipios cómo La Huerta o Mazamitla dónde siguen existiendo planteles de esta cadena educativa.
Otras academias
Las Academias de Jaimito y Lupita no fueron las únicas en Tepatitlán. Durante la década de los 70 y 80, la educación técnica tuvo una efervescencia que llevó a otras figuras emprendedoras a abrir sus propias escuelas.
Una de estas fue la Escuela de Computación de Tepatitlán, fundada en 1988 por el profesor Humberto Ochoa Hernández o la Academia de Belleza «Bevita», creada a finales de los años 80 y que competía directamente con la Academia Lupita.
En el Instituto Ana María Casillas, mejor conocido como El Asilo, había dos modalidades para estudiar la secundaria. Una era la tradicional y otra la que llamaban «Comercio», en la que las alumnas egresaban con conocimientos de mecanografía, taquigrafía y contabilidad. Entre las más recordadas están la maestra Yolanda Gutiérrez, la maestra Cuquita Gonzalez y el profe Jose de Jesús Reyes Gutiérrez.
El ITCA: Pioneros en la enseñanza de la programación
También de gratos recuerdos fue el ITCA (Instituto Técnico de Computación de Los Altos) que tenía su sede en un edificio ubicado en la Avenida González Gallo esquina con Moctezuma, en el barrio alto.
Esta escuela fue fundada en 1990 y estaba dirigida por el maestro Felipe Rivera Rodríguez y sus hijos Oscar Miguel, José Luis, Gabriel, Víctor Manuel, Felipe y Juan Manuel, todos Rivera Hernández. La institución sembró la semilla del interés por temas informáticos en la región. Era la época en qué no existían sistemas operativos y había que programar con comandos y el material se guardaba en disquetes de 5 1/4, elaborados con material flexible.
Algunos de sus egresados luego se integraron a carreras como la licenciatura en informática en el Centro Universitario de Los Altos o a la ingeniería en computación en la que entonces era la sede Lagos del CUAltos (En los 90 no existía aún el Centro Universitario de Los Lagos, sino que pertenecía a Tepa).
ITCA trabajó de los años 1990 a 1999, hasta que definitivamente cerraron sus puertas, aunque algunos de sus fundadores se integraron a planteles de educación secundaria para compartir sus conocimientos.
La educación técnica hoy
Con la creación de la Universidad de Los Altos (ULA), una institución de educación superior privada que ofrecía carreras como Contaduría Pública, las escuelas técnicas poco a poco empezaron a perder matricula.
Luego en 1994 llegó el Centro Universitario de Los Altos y con eso también la ULA, perdió alumnos y en cascada las escuelas técnicas comenzaron a cerrar. En el caso de cultura de belleza han seguido surgiendo alternativas, aunque también se facilitó el acceso a Guadalajara y algunas jóvenes prefirieron integrarse, por ejemplo, a la Escuela Clase y Estilo fundada por el popular comunicólogo Aurelio Lozano en la cosmopolita zona de la Colonia Chapalita.
Actualmente persisten algunas instituciones de este tipo, aunque mucha de la demanda la ha captado el IDEFT (Instituto de Formación para el Trabajo del Estado de Jalisco) que imparte cursos de distintos oficios y habilidades, tales como cultura de belleza, cosmetología, masajes y spá, alimentos y bebidas, producción de alimentos, reparación de celulares y tabletas, soporte a instalaciones eléctricas, reparación de automóviles, artesanía, inglés y computación.
Además también en el Cecytej, los estudiantes combinan el aprendizaje curricular con conocimientos como la reparación de automóviles, instalaciones eléctricas, entre otras.
En la Escuela Secundaria Técnica 31, fundada por el legendario Gregorio Yañez Olvera, mejor conocido como el Profe Goyito, se imparten cursos de robótica, conservación de alimentos y ofimática
También la Preparatoria Regional ofrece un Bachillerato Tecnológico con especializaciones cómo administración de pequeños negocios, cerámica, diseño industrial, prótesis dental y desarrollo de software, entre otras disciplinas.
La educación tecnológica sigue siendo una solución para quien busca un mejor empleo y no desea estudiar una carrera universitaria.
Sin embargo los bonitos recuerdos de las Academias de Lupita y de Jaimito, han quedado bien grabados en los corazones de quienes pasaron por esas aulas y egresaron en aquellas épocas de nostalgia.