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Por: Julio Ríos
Agonizaba el año de 1966 y afilados sonidos conquistaban el planeta. El rock and roll alborotaba a las juventudes, pero también perturbaba a sus padres. The Beattles había grabado Revolver, su mejor disco hasta, que un año después Sargent Pepper´s Lonely Hearts Club Band lo superaría. Y por supuesto, tonadillas más sombrías, como “Pain It Black”, de The Rolling Stones comenzaban a despuntar en las ondas hertzianas, combinadas en México con la de la rebeldía simplona de César Costa y Enrique Guzmán.
La juventud de Tepatitlán, aún a pesar de vivir en un ultracatólico y conservador rinconcito del país, no podía quedarse ajena a esta fiebre. Aún con las dificultades que en esa década de los sesenta implicaba el intento de conocer música nueva, los entusiastas amantes del rock se las arreglaban para conseguir sus discos de acetato favoritos.
En el local del fotógrafo Santiago Franco, apodado “El Pistolero”, funcionaba una improvisada tienda de acetatos. A pesar de que en Tepa el rock también escandalizaba a los padres de familias y hasta se puede decir que estaba proscrito, el propietario del negocio cumplía metódicamente con los encargos semanales que los jóvenes le hacían. Con muchos esfuerzos ahorraban sus “domingos” para adquirir aquellos sencillos de siete pulgadas o los álbumes de larga duración.
A esa tienda de discos, acudía un músico de gran talento: Francisco Javier González, quien cautivado por los nuevos ritmos, tuvo la visión de crear a la banda de rock pionera en Tepatitlán. La bautizarían como The Strombers.
El nacimiento de los pioneros
“Paco tenía una voz preciosa, cristalina, de aguda tesitura, tirando a tenor. El venía de tocar música de boleros con el Trío Los Dinámicos y era capaz de manejar la técnica del falsete, muy similar al gran Miguel Aceves Mejía. Visionario, el comprendió que otros estilos venían de distintos rincones del mundo y por ello, decidió fundar una banda de rock, pionera en Tepatitlán”, recuerda José Guadalupe Ríos, quien fue baterista de la agrupación.
El baterista original Toño Martínez dejo de ir a los ensayos y Paco invitó a Guadalupe Ríos para que tocara con ellos y quedaron gratamente sorprendidos en la audición, por lo cual se completó la primera alineación regular de la banda.
Esa alineación clásica de The Strombers, quedó integrada por Francisco Javier González, en la voz principal y la guitarra eléctrica, José Guadalupe Ríos Córdoba en la batería, Jesús Fernández Carranza, en el bajo y José Ochoa, en la guitarra líder.
Corría diciembre de 1966 y luego de ensayar muy duro durante varias semanas, era momento de que The Strombers mostraran su talento al mundo.
El debut que enamoró a la juventud alteña
Inquieto como el que más, Paco González comenzó a buscar un lugar para que The Strombers debutaran. Ya contaban con un repertorio suficiente para presentar su propio show, solamente faltaba que alguien les brindara la confianza.
“Paco acudió al Restaurante de los Hermanos Jáuregui, ubicado en la calle Santos Romo frente a la Plaza de Armas. Le expuso al propietario Luis, que habían formado una banda de rock y por ello estaban buscando un sitio para debutar. Contrario a lo que esperaba, Luis Jáuregui se emocionó mucho con la idea de un grupo rockero en el pueblo y aceptó encantado”, relata José Guadalupe Ríos.
Quedaron en un acuerdo: cuando pasaran las fiestas navideñas, se realizaría una tardeada en el restaurant, ya que en esas épocas no se acostumbraban los eventos nocturnos, ni mucho menos hasta la madrugada, además que no se consumía alcohol.
Se requería hacer publicidad, por supuesto, de modo que The Strombers eligieron un atuendo al estilo de las bandas británicas. En ese tiempo, aún no se usaba el cabello largo, ni la apariencia desaliñada, así que optaron por un pantalón gris oscuro, chaleco negro, camisa blanca y un moño.
Con los zapatos relucientes y el cabello bien peinado con perfumada brillantina, posaron con sus instrumentos en el estudio fotográfico de don Guadalupe García, quien también pasó a la historia al ser el autor de la primera sesión de imágenes para una banda rockera en Tepa. La histórica imagen, acompaña a este artículo.
Fue así como todo estaba listo. Había mucha expectación de la juventud por escuchar rock en vivo por primera vez en la historia del pueblo. Aunque también había advertencias de padres de familia y hasta de sacerdotes, quienes reprobaban aquellos “ritmos cadenciosos”.
Llegó el gran día. La tarde del 6 de enero de 1967. Desde temprano, el Restaurante Hermanos Jáuregui estaba abarrotado. Se improvisó una especie de escenario para que The Strombers revelaran su talento.
El lugar lleno de jóvenes, que acudieron a pesar de las advertencias, escucharon covers de The Beattles, Chuck Berry y The Platters. Lo más atrevido del repertorio de The Strombers, eran los Rolling Stones, banda tachada de supuestamente satánica. También interpretaron melodías en español de artistas como Enrique Guzmán, César Costa y los Locos del Ritmo.
Los fans de la música rockera bailaron y cantaron. Los chavos con pasitos cortitos y las chicas sacudieron sus caderas y sus melenas, quizá hasta de forma inocente, pues así era aquella época. No hubo alcohol, ni broncas, y se retiraron temprano a sus hogares. Esa tardeada fue un éxito rotundo, según rememoran los músicos y los asistentes.
Ya no había marcha atrás. El rock había aterrizado en Tepa, y se quedaría para siempre.
Cambio de alineaciones
Como casi todas las bandas, The Strombers también sufrieron cambios en su alineación. Cuando José Guadalupe se trasladó a la Ciudad de México para estudiar Artes Plásticas, fue sustituido por un baterista de apellido Niño, quien mostró mejor nivel pues venía de Autlán, tierra de músicos como el legendario Carlos Santana. Lupe Ríos, de todas formas siguió tocando como suplente cuando coincidían sus vacaciones en Tepa y se daba alguna ausencia del nuevo baterista.
Jesús Fernández también dejó el proyecto y José Ochoa se encargó del bajo y Fernando Padilla, mejor conocido como “El Tita”, ingresó para asumir el rol de guitarrista de acompañamiento, lo cual consolidó aún más el sonido del grupo.
Incluso, con el paso de la historia de The Strombers, se incluyeron otras innovaciones para enriquecer el sonido de la banda, tales como el saxofón, con músicos como “El Güero” Salas o un famoso radiotécnico de apellido Navarro, así como voz femenina con la fenomenal artista Lupita Gutiérrez, hija de don Luis Gutiérrez Medrano y mamá del actor de cine y televisión Alán Estrada Gutiérrez. Ella además de cantante, fue una gran actriz de teatro.
Paco tenía el sueño de que el grupo compusiera y grabara su propio material y aunque escribió dos baladas románticas, pero eran otros tiempos y no existía la tecnología que hoy permite tener un estudio en casa y distribuir la música a través de plataformas digitales.
La banda de The Strombers continuó tocando en diversos foros como restaurantes y hoteles de la ciudad de Tepatitlán, Guadalajara y algunos municipios aledaños, hasta que en 1970 terminó por disolverse.
Cabe señalar que algunos músicos de The Strombers, como Guadalupe Ríos, José Ochoa y “El Tita”, también participaron en la Orquesta La Perla, fundada por el legendario “Pepo” Mora, en la que interpretaban piezas de jazz contemporáneo, danzón, bossa nova y ritmos afroantillanos como el cha cha cha, la guaracha y el mambo, con un formato de Big Band
Paco González (padre del cronista de futbol del mismo nombre, quien luego destacó en TV Azteca y otras cadenas televisivas) nunca dejó de cantar y tocar la guitarra con maestría y retomaría su amor por los boleros hasta su desaparición física. José Guadalupe Ríos cimentó una larga carrera como pintor y muralista, plasmando obras en varias ciudades de México y el extranjero. José Ochoa se convirtió en baterista de la orquesta Perla y luego incursionó en la gastronomía, mientras que “El Tita” fundó algunos otros proyectos musicales y Jesús Fernández se dedicó a la docencia.
Después de The Strombers, surgió el segundo grupo de rock en Tepa, llamada “Los Ruidos Extraños”, fundada por Beto, Chuy y Chava Torres, del famoso Trío “Los Campas”. Posteriormente apareció “La Fe”, banda icónica fundada por Rubén Camarena Aldrete, mejor conocida como “El Monkey”, que fue la que más fama y longevidad alcanzó en la ciudad. A partir de ahí, la incipiente escena rockera en Tepatitlán, fue desarrollándose con grandes exponentes en los siguientes años.
El legado de The Strombers: una escena que crece contracorriente
A pesar del evidente dominio del género regional mexicano y las bandas de tambora en Tepatitlán y de que las juventudes están más interesadas en ritmos como el reggaetón, nuestra ciudad cuenta con una escena muy interesante, al grado que varios músicos han destacado en bandas nacionales.
Mucho se recuerda que a mediados de los 90 a la gran banda Cuarta Imagen, quienes ofrecían covers del “Rock en tu Idioma” en el desaparecido e icónico bar Pancho´s, después surgió otra agrupación, La Cruzada, grupo que no solo gozó de gran popularidad, sino que llegó a grabar profesionalmente un álbum con composiciones propias que tuvieron rotación en estaciones de radio.
Con el nuevo milenio, ritmos como el metal, el rock psicodélico, el grunge, o hasta el punk, inspirarían a los jóvenes tepatitlenses, de modo que aparecieron bandas como Negro Cascabel, Crótalo Relieve, Maklovia, Beyond Age, Los Mostros, Holy Dragon, Black Candle, o Internal Frequences, que llegaron a hacer una gira por Colombia.
Tepa ha sido cuna de grandes músicos, como el famoso “Choche” Castellanos que ahora es guitarrista y director musical en Santa Fe Klan, cuyo manager es otro tepatitlense: Daniel Mora, de la dinastía de “Pepo” Mora, cuyo hijo “Freddy” Mora también ha tocado para distintos artistas a nivel nacional como Jeans.
Actualmente, la escena del rock en Tepatitlán es tan diversa, que existen bandas como Winter Track quienes grabaron su primer álbum con el género neometal; y otros grupos que componen material propio como Neen, Modo Bestia, Cactus Rojo, Ingrassesed, Cosmogony y Exentria, quienes han realizado giras en Sudamérica.
En cuanto a covers, destacan La Loca de Arriba, fundados por el legendario guitarrista Chuy Ramírez, así como Kronos que recuperan los clásicos o Hits, inspirados en la década de los 80 y 90, o Triple J Project y Relieve, con música de todas las eras, quienes conviven en el circuito local con grupos como Ósmosis y Protocolo Enmascarado.
Pero ser los primeros, siempre tendrá su mérito y por ello el legado de Los Strombers, como quienes abrieron la puerta al rock en estos rincones, aún con la resistencia de grupos conservadores, debe ser reconocido en los anales de la historia de la cultura en Tepa.
Galería:
Fotografía: Guadalupe García, diciembre de 1966
Pie de Foto, de izquierda a derecha:
Francisco Javier González: Voz y guitarra
José Guadalupe Ríos Córdoba: batería
Jesús Fernández Carranza: bajo
José Ochoa: guitarra
