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Dos horas antes del juego, las bancas del estadio se fueron ocupando por niñas, adolescentes y mujeres jóvenes quienes vinieron con la única intención de ver jugar a la selección femenil de su país: chicas que, pese a las diferencias salariales, de atención mediática y hasta de estereotipos, etc, las representan e inspiran.
Y es que no fue en Guadalajara, tampoco se eligió un estadio de la zona metropolitana. Ni el Jalisco, ni el Akron, ni canchas famosas por los juegos de cada domingo proyectadas a nivel nacional.
No. En es ta ocasión, la Federación Mexicana de Fútbol eligió a Tepa, y a su casa deportiva.
No siempre se tiene la oportunidad de ver un juego entre deportistas profesionales y de talla internacional en casa. Y el de este sábado entre las Selecciones Femeniles de México y Argentina hizo historia en Tepatitlán.
Como no había pasado en años, el estadio Gregorio «Tepa» Gómez de Tepatitlán recibió un combinado internacional. Antes de esto, el único partido de este nivel que se jugó en la ciudad lo protagonizó la selección de Hungría, dirigida por Gyorgi Mezey. Esto fue durante la gira de preparación previa al mundial de México 1986. Entonces, los europeos se enfrentaron al Industrial de Tepatitlán, enemigo acérrimo de los Alteños de este municipio. Es por ello que el grupo de animación de los azulgranas se denomina «La Porra Húngara».
Son otros tiempos. El de este sábado 23 de octubre, marcó otra historia, en la que las mujeres fueron las protagonistas.
Pese a que fueron varias las voces que insistieron en que un juego de tal nivel, en honor al feminismo, merecía un espacio y la atención mediática que puede brindar una capital como Guadalajara, el que dicho partido se haya jugado en Los Altos fue el terreno perfecto y la oportunidad idónea para que mujeres y niñas de esta parte del orbe pudieran ver cómo se juega un partido de talla profesional en casa, demostrándose como una afición agradecida y cobijadora.
Argentina y Compañía
Al encuentro entre el Tri Femenil y las Pamperas asistieron figuras del fútbol como el ex técnico de las Chivas y de la Selección Mexicana varonil, Efraín Flores; el ex jugador del Osasuna de España y del Pachuca, Manuel Vidrio y ex jugador del América en la era Beenhaker, José Enrique Rodón; entre otras personalidades, las verdaderas protagonistas fueron las niñas y las mujeres.
Como gesto de bienvenida a la selección albiceleste, el centro de la ciudad, en específico el Palacio Municipal, se engalanó con las banderas argentinas previo al encuentro de ambas selecciones.
Y no solo eso, también varios locales oriundos de argentina y otros aficionados se vistieron con el jersey de la selección sudamericana, como gesto de admiración y simpatía por una de las selecciones más poderosas del orbe.
Pero por supuesto, fueron mucho menos de los que prefirieron vestirse de verde.
Un 6 a 1 con sabor a gloria
La selección mexicana se plantó con una formación más ofensiva.
La entrenadora Mónica Vergara dispuso una línea de cuatro. Por su parte, las argentinas dirigidas por German Portonova, salieron con línea de cinco y desde el inicio del encuentro las albicelestes mostraron una defensa de estilo rispido. En cambio las mexicanas optaron por tratar bien la pelota.
«México, clap, clap, clap. México clap, clap, clap» era la tradicional porra que estremecía las tribunas en el inmueble de la calle Morelos. «Ay, ay, ay, Canta y no llores«, gritaban otros.
Sin embargo, apenas al minuto 12, Florencia Bonsegundo, quien se desempeña en el Madrid CFF de España acalló las emocionadas voces de la afición tepatitlense al anotar el primer gol para las albicelestes, aprovechando una falla de la guardameta mexicana Emily Álvarado.
En las tribunas hubo desilusión, pero pronto, la adrenalina y la cerveza aceitaron las gargantas del respetable que nunca dejó de alentar al equipo nacional.
México insistió, pero no concretaban las múltiples llegadas. Poco a poco Argentina terminó por verse avasallado en su propio terreno. El gol de las mexicanas era cuestión de tiempo.
Fue así como en una clara llegada de México, las argentinas detuvieron con una falta el avance azteca y el nazareno silbó la pena máxima. Stephanie Mayor cobró con maestría y logró el empate para México al minuto 41.
El momento mental y anímico era de México. Se había encendido la mecha y tenían que aprovechar. ! Y de que forma! En menos de 2 minutos arrasaron a las albicelestes. Fue Stephanie Mayor quien de nuevo anotó, al 42, al rematar un balón rechazado. Las tribunas del «Tepa» Gómez explotaron ante la espectácular remontada.
A partir de ahí, los goles comenzaron a caer en una andanada que terminó por turbar a las argentinas, cuyo técnico fue expulsado al minuto 42 ante la furia que le provocó ver a sus dirigidas abajo en el marcador.
Apenas arrancaba el segundo tiempo, cuando al minuto 46, con un sólido cabezazo, Alison González puso el 3 a 1. Y cuatro minutos después, con una jugada magistral , haciendo túnel a la defensa argentina y rematando con un riflazo de zurda pegado al poste.
Al 64, Alison González «Aligol» le puso el betún y al 84, Joseline Montoya (que había entrado de cambio) colocó la cereza al pastel. En todo momento la afición apoyó al equipo nacional y le puso el sabor con los cánticos y organizando la tradicional ola, nacida en el Mundial de México 1986 y que ha quedado como un legado en todos los estadios del planeta. El «Tepa» Gómez no podía ser la excepción.
La actuación de Alison González fue de tal calidad, que cuando fue sustituida al minuto 81, la afición se rindió ante ella con una sonora ovación de pie.
El árbitro Diego Montaño pitó el final del encuentro y la celebración no se hizo esperar. Las tribunas se fusionaron en un solo canto: el del cielito lindo, mientras las mexicanas daban la vuelta olímpica para agradecer el apoyo incondicional de la afición tepatitlense
Así se juega fútbol
«Estas muchachas no lloran como los batos que no aguantan nada», «Las mujeres si juegan y mueven el balón», «los hombres son un fraude». «¿Este triunfo no les sirve a los otros que son bien malos?«. Eran algunas de las frases que la afición soltaba para reconocer el gran nivel futbolístico y las habilidades técnicas que mostraron las jugadoras, en contraste con la acostumbrada marrullería de los jugadores varones, quienes, medrosos se han entregado a las malas artes de la especulación y la actuación.
En cambio, las jugadoras mexicanas no se guardaron nada. Dieron todo en la cancha, soportaron los codazos y empujones a mansalva de las argentinas y con temple de acero se levantaron de la desventaja.
“Este tipo de partidos nos ayudan a mostrar que vamos por buen camino, pero aún hay mucho por trabajar. Hay que seguir con esta mentalidad, disciplina para poner a este país en donde lo visualizamos”, señaló Mónica Vergara, Directora Técnica de la Selección Nacional de México Femenil, en conferencia de prensa en el Estadio Tepa Gómez, en Tepatitlán de Morelos, Jalisco.
