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Durante toda la campaña los grandes partidos políticos y sus protagonistas no hicieron más que replicar por doquier la narrativa de que para el domingo 6 de junio los mexicanos sólo tendrán dos opciones para votar: blanco o negro.
Ninguna escala de grises. Ningún punto medio. O los buenos, o los buenos.
Bipartidismo de facto
Hasta los medios de comunicación internacionales se sumaron a este discurso, refiriendo que las elecciones del domingo supondrán una especie de referéndum político para López Obrador, -una muestra clara de que los mexicanos están con AMLO o están en su contra-, (Para ejemplo la más reciente publicación el diario alemán Welt).
Pese al abanico de posibilidades que significó este proceso electoral debido a las tantas opciones para votar, algunos intentaron revivir el famoso “voto útil”; pero en un país tan diverso, con su historia y su tamaño, la cosa no puede simplificarse de una manera tan fácil.
Mucho se ha dicho que las de este domingo serán las elecciones más grandes de la historia del país.
Este domingo los mexicanos irán a las urnas para renovar 21 mil 383 cargos de elección popular.
Pero no es por la cantidad de cargos a elegir que estas están consideradas como las elecciones más grandes e importantes en la historia del país.
Más bien lo son, por la cantidad de personas que podrían salir a votar, por la disputa entre los “dos grandes bloques”, y el número -inédito- de partidos políticos en juego.
A esto se le suma la situación de inseguridad que ha marcado este proceso un importante reto tanto para las autoridades gubernamentales como para la institución electoral.
Para estos comicios, se presentaron dos grandes coaliciones a nivel federal, las cuales se han plantado como diferentes y según ellas “las verdaderas” alternativas para los ciudadanos (o blanco o negro), pero que básicamente se resumen entre la propuesta del neoliberalismo que en el pasado ha dejado una ola de violencia y desigualdad en el país, contra, la que supone el populismo que ha amenazado y desaparecido instituciones.
Una suerte de referéndum
Si bien los cargos más importantes que se elegirán este domingo son las gubernaturas, en la realidad, es la cámara de diputados, el lugar donde tienen puestas sus esperanzas todos los partidos.
Es que es el Congreso de la Unión dónde se demostrará la fuerza de cada una de las opciones políticas. Desde ahí se definirá el futuro del país y del proyecto de AMLO: ya sea que se consolide la mayoría calificada a disposición del presidente, o que la oposición logre “reivinidicarse”, para plantarse como el “contrapeso real” al gobierno.
O sea, un referéndum para la administración de López Obrador, que defina el futuro de las Leyes, de las instituciones y de los presupuestos para la nación.
Las voces, también encontradas
Líderes de opinión como Julio Boltvinik han señalado que si bien el partido del Presidente tiene su apoyo en lo local, no piensa dar su voto en las federales, pues este bloque se ha convertido en un “mero subordinado” de López Obrador. Esta idea la han hecho suya personajes como Sergio Aguayo.
El periodista Leo Zuckermann, hace sus cálculos, y señala que pese a lo dicho e intentado por los partidos políticos que están aliados al presidente, si bien no alcanzarán la mayoría absoluta, si la tendrán gracias a sus aliados, mientras que la oposición, que también va en alianza muy a duras cuentas incluso uno de sus integrantes perdería el registro.
Por el contrario, hay quienes basan sus predicciones en hechos históricos, como Carlos Bravo Regidor, quien vaticina una inminente pérdida para el partido hegemónico tal y como le pasó a todos los presidentes desde Zedillo hasta con Peña Nieto en las elecciones intermedias.
Jorge Zepeda Patterson sí refiere que como nunca los discursos se centraron en pintarle a los mexicanos solo la posibilidad de dos escenarios: el de quienes odian al presidente y el de quienes lo aman – o se está con la transformación o se está en contra de ella, como el mismo López Obrador lo ha dicho; ambas partes están convencidos de ser la mejor opción para México, unos viéndose como el contrapeso para evitar el “autoritarismo” de Obrador y los otros como la puerta de entrada a los cambios necesarios en favor de “todos los mexicanos” que por años se han quedado desplazados por la brecha económica.
Los números a tener en cuenta
En el país se instalarán cerca de 162 mil 248 casillas, de las cuales unas 10 mil 154 estarán desplegadas en Jalisco. Esas casillas, serán custodiadas por un millón 463 mil funcionarios, supervisados por más de 50 mil trabajadores del INE, a los que se les suman 3 millones de personas que fungirán como representantes de casilla.
El padrón electoral tiene registrados a más de 94 millones 800 mil ciudadanos como posibles electores, de los cuales 92 millones 684 mil están en la lista nominal. Mientras en el proceso de 2018, la lista era de 89 millones 332 mil 31 potenciales votantes, solo salieron a las urnas un total de 56 millones 611 mil personas, lo que quiere decir que solo el 63 por ciento de los “posibles votantes” decidieron el porvenir del país.
También es la primera vez en la historia reciente de México en la que en cada uno de los 32 estados habrá algún proceso electoral.
El 06 de junio se elegirán a los diputados de elección popular que integrarán los 30 congresos locales en distintos estados, así como a los 300 diputados federales; En 15 de los 32 estados de la república se estará eligiendo a un nuevo gobernador y más de 900 ayuntamientos y juntas municipales también buscarán un nuevo representante.
Como lo decíamos al principio, no solo son las elecciones más trascendentales de la historia por ser las de mayor cantidad de posibles electores, sino porque también en esta ocasión en la cancha hay diez partidos nacionales a los que se les suman las opciones locales, por tanto los ciudadanos podrían tener en sus boletas entre catorce y quince opciones entre las cuales elegir.
La división es honda y bien marcada: los números, las condiciones de inseguridad, los discursos de polarización, dan muestra de que esta elección se convirtió en un volado entre el blanco o el negro.
Este texto fue publicado originalmente en Rumbo.mx
