sábado , 23 noviembre 2024

Hagamos conciencia: Marihuana | Segunda Parte | RE-EVOLUCIÓN

Entrando en sólido a las recientes reformas legales en torno al consumo y producción de la marihuana, podemos destacar los siguientes puntos relevantes:

Se crea el Instituto Mexicano para la regulación y control del cannabis como un órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud. Emitirá cinco tipos de licencias para controlar algunos de los actos relacionados con el cultivo, transformación, venta, investigación y exportación o importación de marihuana. Una persona o empresa pueden obtener mas de un tipo de licencia.

Será permitido tener seis plantas por persona consumidora que deberán permanecer en la vivienda de quien la consume, como máximo ocho plantas si vive más de una persona en una vivienda, siempre y cuando no haya menores de edad que puedan recibir el humo. El consumidor deberá adecuar su vivienda para no afectar a vecinos. Se incluye el derecho a presentar denuncia contra quién no acate estas reglas de no afectar a ter-ceros.

Se permitirán 28 gramos de posesión, pero queda prohibido el consumo de cannabis psicoactivo en áreas de trabajo publicas o privadas. Sólo las personas mayores de 18 años podrán cultivar, portar y consumir marihuana y sus derivados, pero con un permiso del Instituto Mexicano para la regulación y control del cannabis. Esta prevista la liberación de detenidos por posesión y eliminar ese antecedente penal.

En mi opinión la medida de disparar la tolerancia del cannabis entre los ciudadanos es riesgosa a mediano pero principalmente a largo plazo, posiblemente tendremos una infi-nidad de problemas relacionados con la salud desde el punto de vista psicológico y físico. Se dice que la intención de esta reforma es desincentivar la actividad del narcotráfico. Sin embargo nuestras autoridades han descuidado por décadas a gran parte de la so-ciedad que ha sido marginada. Y esta (en cantidades significativas) viene desarrollando diversas actividades delictivas, una de ellas (ya irrelevante desde mi punto de vista, el tráfico de marihuana). Lo que predomina ya en el mismo tráfico de drogas son las llama-das drogas duras, como el LCD, la cocaina, las metanfetaminas, el cristal, el Krokodil… tan solo por mencionar algunas.

Además de la ramificación de actividades como: el cobro de derecho de piso, la extor-sión, trata de personas, secuestros (físicos y hasta virtuales), robo de autos y autopartes, robo de combustible, tráfico de órganos. Lamentablemente van a la alza, mientras no se generen oportunidades reales y palpables para la población, las posibilidades de vivir en una sociedad en paz y armonía se reducen.

Ahora que se incrementan las posibilidades de producción casera, la portación y con-sumo recreativo, es importante conocer los efectos de la marihuana, con la finalidad de estar conscientes de sus bondades, “pero” también de los riesgos que implica consumir esta droga.

La marihuana sobrestimula las áreas del cerebro que contienen la mayor cantidad de estos receptores. Eso genera la euforia o “high” que experimenta la persona. Alteración

de los sentidos (por ejemplo, los colores se ven más brillantes). Alteración de la percep-ción del tiempo. Cambios en el estado de ánimo. Limitación de la movilidad corporal. Dificultad para pensar y resolver problemas. Debilitamiento de la memoria. Alucinaciones (cuando se consume en grandes dosis). Delirio (cuando se consume en grandes dosis). Psicosis (el riesgo es mayor con el consumo regular de marihuana de gran potencia).

La marihuana también afecta el desarrollo del cerebro. Cuando una persona comienza a consumir marihuana en la adolescencia, la droga puede reducir la capacidad de pensar, la memoria y las funciones cognitivas (funciones de aprendizaje), y puede afectar la ma-nera en que el cerebro establece conexiones entre las áreas que son necesarias para realizar estas funciones. Los investigadores todavía continúan estudiando cuánto tiempo duran los efectos de la marihuana y si algunos de los cambios que causa podrían ser permanentes.

Un estudio de Nueva Zelanda realizado por investigadores de Duke University, demostró que las personas que comenzaron a fumar marihuana en la adolescencia y continuaron consumiéndola perdieron, en promedio, 8 puntos de coeficiente intelectual entre los 13 y los 38 años de edad. Las personas que abandonaron la marihuana siendo adultos no recuperaron totalmente la capacidad mental que habían perdido. Quienes comenzaron a fumar marihuana en la edad adulta no mostraron una disminución notable del coefi-ciente intelectual.

En otro estudio reciente realizado con hermanos mellizos, los que consumieron ma-rihuana mostraron una declinación importante en conocimientos generales y en la habi-lidad para expresarse verbalmente (equivalente a 4 puntos de coeficiente intelectual) en-tre la preadolescencia y el comienzo de la edad adulta, pero no se halló ninguna diferen-cia predecible entre los mellizos cuando uno de ellos consumió marihuana y el otro no. Esto sugiere que la disminución del coeficiente intelectual en quienes consumen ma-rihuana puede deberse a otros factores no relacionados con la droga, como pueden ser los factores familiares comunes factores genéticos o el ambiente familiar, por ejemplo.

 

Francisco Jiménez Reynoso, quien es escribe esta columna es Doctor en Derecho e Investigador de la División de Estudios Jurídicos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.  jimenezabogado@gmail.com
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