En el pasado, cuando una persona sufría un infarto y era sometido a una operación a corazón abierto, le colocaban puentes de bypass, para realizar la intervención. Luego, se le hacían incisiones para cerrarle el pecho. Salía a terapia intensiva a enfrentar una recuperación, y por último debía estar hospitalizado hasta tres semanas, con todas las secuelas que eso pudiera representar.
Ahora, gracias al avance de la ciencia, todo se resume a una punción de dos milímetros en una arteria, en la que se coloca un catéter introductor que da paso a un dispositivo que entra al cuerpo guiado a través de imagenología, viaja por las mismas para tratar de desobstruir las arterias dañadas. Y ya. Para este procedimiento no se entuban a los pacientes, por lo que hay posibilidad de que momentos después de su operación, el mismo ya esté hablando, entendiendo, con poder sobre su cuerpo, y casi listo para el alta.
Este procedimiento ya está disponible en la región de Los Altos gracias a la Sala de Hemodinamia del Centro Cardiovascular del Hospital Real San Lucas de Tepatitlán, el cual incorpora tecnología de punta para atender eventos cardiacos y cerebrovásculares de los habitantes alteños.
«El tener la tecnología ayuda a las personas con sus padecimientos cardiovasculares, que indudablemente son la primera causa de muerte en el mundo«, comentó el doctor Jesús de Dios Rivera, Cardiólogo Intervencionista, encargado del Proyecto de la Sala de Hemodinamia del Hospital Real San Lucas.
La Sala de Hemodinamia integra a especialistas de las ramas de la cardiología intervencionista, electrofisiología, radiología intervencionista, y el neurointervencionismo, enfocadas a diagnosticar y tratar padecimientos derivados de fallos cardiovasculares incluso en estado crítico.
En la simpleza de la Sala de Hemodinamia, también radican sus múltiples posibilidades para salvar vidas, pues la Sala de Hemodinamia, no únicamente permite tratar infartos sino también ayuda a la colocación de marcapasos; tratamiento de embolias, aneurismas cerebrales y de aorta torácica; aneurismas de aorta abdominal, disección de aorta, tromboembolias pulmonares; colocación de filtros de vena cava; ayuda a los médicos a la detención de sangrados, como los ocasionados por miomatósis uterina, así como tratamientos de pie diabético para evitar amputaciones.