Tener empatía con los alumnos. Parte 2 | OPINIÓN

Cuando hablo de tener empatía con los alumnos, no me refiero a permitirles no aprender, ni mucho menos regalar calificación y menos a dejarlos ser conformistas de la educación que reciben en el aula virtual.

Por mi experiencia docente puedo asegurar que cada grupo de alumnos tiene sus particularidades. Los hay desde los mejores grupos que uno recuerda para siempre, hasta los grupos que al principio uno no quiere, pero con el paso de las clases, se aprende de ellos y los alumnos ni se diga, aman a los profesores que seguramente durante un tiempo no se llevaban bien.

En tiempos de pandemia, tener empatía con los alumnos debe significar, conocer esa parte que quizás está lejos del conformismo y del no querer hacer nada, para adentrarnos en lo particular de cada alumno y sus diversas problemáticas, que ellos tienen y no nos cuentan en el aula.

Desde problemas familiares de desintegración familiar, hasta crisis económicas, entre otras muchas razones, en el caso particular de un servidor, me ha tocado escuchar diversas historias, donde de verdad, a uno se le eriza la piel, de escuchar esas narraciones que nos comparten los alumnos, a aquellos docentes que nos regalan su confianza.

Empatía, en esos tiempos en el aula, debe significar para el profesor, buscar la manera de transmitir los conocimientos solicitados a los alumnos de forma entendible, poder ponerse en sus zapatos, de los alumnos que manifiesten interés en el aprendizaje, pero que se les presente alguna eventualidad de cualquier índole, en el curso.

Hay alumnos, flojos, sin motivación, sí, pero gran parte de esta labor debe ser del profesor que es el que guía y debe ser el motor de cambio para que el alumno tenga la posibilidad de comprometerse a aprender y realizar lo solicitado, en clase virtual y/o en plataforma.

Los docentes, debemos tener empatía, por el simple hecho de que todos somos vulnerables en esta pandemia y si la tenemos, seguramente habrá buenos resultados con nuestros alumnos, es solamente que ambas partes cooperemos y no ser inflexibles, ante las nuevas realidades y circunstancias que nos tocaron vivir.

Ojalá los profesores mexicanos, tengamos empatía y solidaridad con nuestros alumnos, ya que muchos de ellos vienen de ambientes muy vulnerables y quizás en el aula virtual, sea el único espacio seguro que los quite de su cotidianidad inmediata.