Columna dedicada a 2 excelentes docentes que conozco, admiro y respeto: Evelia Hernández y Abraham Valtierra.
Al paso de los años en el camino de las aulas, los que somos docentes, debemos de recordar siempre que tenemos una de las actividades más afortunadas que el ser humano puede tener: el ser maestro.
Por que es en el gremio docente dónde podemos encontrar momentos buenos y malos, de todo, como en botica.
Lo que es cierto es que hay casos excepcionales, que desde la trinchera personal, uno aprende a querer, a admirar y respetar, porque el hecho de ser querido, admirado y respetado por los alumnos, no es un título que cualquiera lo obtiene.
Si recordamos en nuestra propia vivencia formativa, aquellos profesores que dejaron alguna huella, son los que tenían una vocación proactiva por enseñar y dejar que sus alumnos tuvieran sus propios, anhelos y dudas, las cuales son válidas y necesarias en la educación, aquel docente que logra que sus alumnos reflexionen, aprendan y cuestionen, seguramente son de los mejores y los recordaremos por siempre.
En la preparatoria donde trabajo existen esos profesores: Evelia Hernández y Abraham Valtierra, ambos, tienen menos de 35 años, no crecieron con herramientas tecnológicas a la mano para enriquecer su formación, sin embargo considero y creo que son docentes innovadores en la nueva forma de trabajo en línea, debido a la situación que actualmente vivimos.
Así, como ellos en México, hay muchos profesores, que se esfuerzan por querer enseñar, aprender de sus alumnos y sobretodo dejar huella.
Si usted, estimado lector, está leyendo esto y convive o tiene acercamiento con algún profesor de esos que vale la pena reconocer su esfuerzo y su trabajo, porque nunca faltan, por su compromiso, por sus deseos que sus alumnos se motiven y sean mejores, apapáchelo y valore lo que hace.
Tengamos como sociedad empatía a los profesores, porque el reto de innovar, ser creativo y poder implementar métodos y enseñanzas de manera virtual, no es nada sencillo, simplemente tengamos paciencia, cuidemos y valoremos aquello que todos los días, funciona muy bien en el engranaje de la educación en México.
Si, eres alumno y estás leyendo, esta columna, gracias por tomarte el tiempo de leerla y gracias por confiar en esos profesores, que sí existen en México y que quizás, te ha tocado valorarlos de otra forma, desde marzo pasado.
La pandemia, considero, nos ha enseñado a valorar las cosas, situaciones y relaciones importantes que valen la pena en la vida, ojalá en este regreso a clases, se valore más el trabajo que los miles de docentes que existen en México y que lo único que realizan es seguir construyendo este país, cómo se pueda y no poniendo pretextos de no querer contribuir con algo, para el bienestar de toda la sociedad.
Próxima semana: Tener empatía con los alumnos. Parte 2
* El autor es Politólogo, Miembro de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas (AMECIP) y del Colegio Estatal de Estudios Políticos y Gobierno (CEEPyG). Con interés en la Comunicación Política y los Medios de Comunicación.
Twitter: @EduardoLopezM