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A raíz del inicio de la pandemia y la obligatoriedad de quedarse en casa, las redes sociales, se convirtieron en la arena, para expresar todo tipo de cuestiones personales, familiares, laborales, vaya, de cualquier índole.
A lo largo de estos meses de encierro (voluntario-obligatorio y/o solidario), Facebook, Twitter e Instagram, TikTok fueron las principales redes sociales que se utilizaron en nuestro entorno, casi no importando la edad, el uso que se le quisiera dar ni los intereses que motivaban a los usuarios a hacerlo.
Estos instrumentos de comunicación se llenaron de un sinfín de datos, memes, fotografías de archivo o del momento. Se convirtieron en sí en un panorama para compartir todo lo que fuera posible, en algunos casos, quejas en otros, mensajes de solidaridad, empatía, y motivacionales, y todo aquello que nos hiciera sentir acompañados a nosotros, a la familia, a los amigos, a los compañeros de trabajo, etc.
Esas abrumadoras conferencias vespertinas a las 7 pm, tuvieron por varias semanas como tema del día la evolución de la pandemia en México, pasando a la desproporcionada desinformación que en muchos perfiles de las diversas redes sociales se compartía, conocidas como fake news, hicieron un escenario más vulnerable a la desconfianza de unos e incredulidad de otros.
Pasamos de compartir la frase #Quédateencasa a la de #Nuevanormalidad todo esto en cuestión de semanas, porque el confinamiento, por lo menos en Jalisco, hubo un momento en donde los empresarios, exigieron la reapertura de sus comercios, debido a 40 días o más de cerrar negocios y fuentes de empleo, situación que para nadie es conveniente, ni mucho menos en la grave crisis económica que tenemos en estos momentos.
Las redes sociales, nos han dado las respuestas que necesitamos de estos canales de comunicación para seguir en contacto con seres queridos, familia y toda aquella persona que represente algo para nosotros, por otro lado, también nos ha enseñado que el desmedido uso de las llamadas (noticias falsas) o fake news puede ser un lugar que, sobretodo en política, ciertos personajes, se aprovechen de la situación y lancen campañas de desinformación contra los rivales a vencer.
Sumando a lo anterior, las redes sociales pueden ser un espacio, en donde la desinformación, con solamente compartir información errónea y/o falsa puede hacer que no se crea en la pandemia, sobretodo a aquellas personas que creen todo como una verdad absoluta, el contenido que se expone en las redes y no tienen un discernimiento de la propia información
Estamos en vías de vivir un proceso electoral en México, en 2021, la pandemia nos enseñó que las redes sociales es un territorio que no es tierra de nadie, porque lo mismo se puede compartir con facilidad un meme, como también información falsa, mentirosa, que no ayude al clima de propuestas, soluciones y atención a las necesidades de los ciudadanos.
La pandemia ha generado un fenómeno atípico en las redes sociales, un si bien de cercanía a la vez de lejanía: Estar conectados todo el tiempo, pero a la vez, estar para uno mismo; sentir compañía, pero a la vez de reuniones con grupos de amigos, familia.
Al tiempo, veremos qué nos deja como lecciones el uso de las redes sociales durante esta pandemia.
* El autor es Politólogo, Miembro de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas (AMECIP) y del Colegio Estatal de Estudios Políticos y Gobierno (CEEPyG). Con interés en la Comunicación Política y los Medios de Comunicación.
Twitter: @EduardoLopezM
