Francisco Jiménez Reynoso | @jimenezabogado | 20 de enero del 2020
Las carreras o arrancones es una actividad de alto riesgo. Por ello es que se requieren los espacios idóneos y las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes entre los participantes, así como entre los asistentes.
Los motores potentes son un gran atractivo para los jóvenes y más aún si son acompañados de la adrenalina en las competencias que se llevan a cabo prácticamente en cualquier parte del mundo. Hay que decirlo: hay infinidad de películas que estimulan a la juventud a practicar esta actividad.
Estos espectáculos como muchas otras actividades en México se llevan a cabo en la clandestinidad. Y ello expone la integridad y vida de las personas. La misión de todo gobierno, es procurar el bienestar de los ciudadanos, por ello, en mi opinión las autoridades deben de aplicar la ley y reglamentos, con la finalidad de evitar a toda costa se
lleven a cabo eventos de esta naturaleza que ponen en riesgo la integridad y vida de los ciudadanos.
Estas carreras implican un gran movimiento en determinados puntos de la ciudad. Por lo tanto, resulta absurdo que las autoridades no tengan detectados los puntos donde se llevan a cabo las carreras con vehículos de motores alterados. Se sabe desde hace tiempo, que las siguientes avenidas son de las preferidas por los corredores de autos de forma ilegal y poniendo en riesgo no solo su vida, sino la de los demás: Lázaro Cárdenas, Patria, Cloutier, entorno al zoológico, Valdepeñas,y por supuesto, uno de los espacios predilectos están ubicadas las Villas Panamericanas, solo por mencionar algunos de los puntos.
Más inteligencia debe de aplicar la autoridad, pues se sabe que quienes practican esta actividad, tienen las frecuencias de radios de los elementos, por ello, huyen cuando escuchan que la autoridad acudirá al lugar de los hechos. El riesgo de estas carreras se incrementa cuando se mezcla alcohol y volante.
En mi opinión, es menester hacer reformas precisas sobre el tema de los arrancones, pues aún hay vacíos legales que deben legislarse. Pues ni el Código Penal ni el Reglamento de Vialidad mencionan siquiera la palabra arrancones o carreras en las calles. En virtud de lo anterior, los participantes solo se hacen acreedores a una falta administrativa.
Los lugares idóneos donde se puede llevar a cabo de forma más “segura” es en algún autódromo, donde el ambiente y espacio es propicio para llevar a cabo esta actividad. Incluso hay que decirlo: independientemente de contar con todos los permisos, no deja de ser una actividad de alto riesgo. Sin embargo, los seguros pueden responder ante algún accidente.
En este tipo de actividades se debe contar al menos con lo siguiente: Servicios médicos profesionales y certificados para esta actividad de alto riesgo, paramédicos con unidad de rescate, una grúa interna que entra en acción cuando la unidad en turno sufre alguna avería.
Habrá que modificar el código penal, ya que quienes practican las carreras o arrancones clandestinos no cometen delito alguno.
La situación cambia cuando hay un siniestro, pues puede haber heridos, muertos daño a las cosas… por mencionar algunos delitos que si están tipificados. La situación se agrava si se combino el alcohol con el volante y otro agravante podría ser el exceso de velocidad, así como ignorar las señales de vialidad. Lamentablemente, como lo hemos visto, los exámenes de alcoholemia en no pocos casos son manipulados fácilmente para obtener los resultados que benefician a los parientes del causante del daño, amén de que algunos no ceden a practicarse
dicho examen.
Ya en el estado de México, así como en Coahuila se encuentra tipificado como delito a quienes participen en carreras o arrancones clandestinos.
Sirva el tema de pretexto para preguntarnos: ¿en dónde están nuestros hijos? ¿quienes son sus amistades? Y no esperemos una tragedia para lamentarnos amargamente…