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Juan Eduardo López Morales | @EduardoLopezM | 06 de Noviembre del 2019
Al inicio del sexenio muchos ciudadanos, especialistas, académicos e interesados en la comunicación política, en la opinión pública y en la comunicación gubernamental, notamos una innovación que proponía el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), actual presidente de México: Las mañaneras.
En un principio fue un espacio novedoso, creativo y original, en el cual, el ejemplo de comunicación de la cuarta transformación y el gobierno federal, ponía la muestra de un gobierno inteligente y con ideas que buscaban eficientizar la comunicación de forma más estratégica y una nueva forma de comunicar con la sociedad.
Hablar de la mañanera al inicio del sexenio, era una forma de ver una innovación, en la forma y el fondo de comunicar. Era la manera óptima de ver y proyectar aquellas ideas que el mismo gobierno federal quería imponer en la agenda.
AMLO ha hecho y realizado un excelente manejo de agenda al indicar e imponer el tema del día a día. Eso es una tarea diaria que ha sabido aprovechar y posicionar en todos los medios de comunicación y la agenda mediática en México.
Pero hace unos días, un asunto trastoco la paz y la tranquilidad con la que se proyectaba la llamada 4T, y el gobierno federal detonó una crisis de comunicación a raíz de los sucesos, conocidos por todos en Culiacán, Sinaloa.
Los que estamos al frente de un área de Comunicación Social y/o voceros en lo público y/o privado, sabemos la importancia del responder de inmediato ante una crisis de comunicación que se nos presente. Ante la eventualidad, debemos generar respuestas en tiempo y forma para evitar en la medida de lo posible especulaciones, rumores y falta de información que sustente la validez de lo que se podrá comunicar.
Es evidente que el área de Comunicación Social del Gobierno de México, no ha tenido las respuestas suficientes, para blindar información a los ciudadanos, de lo qué ocurrió ese día y cómo se desarrollaron los hechos, además que recientemente, en las mañaneras sucedió un “pleito” entre reporteros y el presidente con preguntas incomodas y no “a modo” de lo que él denomina la “prensa fifi”, y que hace mención en cada oportunidad que tiene a la prensa que no esta de acuerdo con su gobierno y/o su forma de actuar, o simplemente no es comodín y/o a modo para sus intereses.
Estas acciones, evidencian la crisis de comunicación que hoy padece el gobierno federal y por la falta de respuestas, que las autoridades encargadas de la comunicación, que no han sabido manejar eficazmente la comunicación gubernamental.
Recientemente el Caso de la familia Lebarón, evidencia la crisis continua en este gobierno.
Ojalá por el bien de los ciudadanos la administración del presidente tenga a bien poder dar respuestas a todas la preguntas que la realidad exige y que no se han sabido responder de forma eficaz.
Esperemos por el bien del país, que se corrija el barco y se lleve a buen puerto un mejor manejo de la comunicación, sobre todo al actuar de forma oportuna en ofrecer respuestas, comunicados y posicionamientos, que nos sigan orillando a las especulaciones y la falta de información que solo generan altos costos de desinformación y que dan pie al terreno de una mayor crispación social, al que tenemos en la actualidad.
cación Política y los Medios de Comunicación.