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José Guadalupe Hernández Muñoz* | @KioscoInfo | 15 de abril de 2019
Hace mucho tiempo, después de la “Guerra Cristera”, luego de que terminara la lluvia y de que se esfumara el enervante olor a tierra mojada, en un pueblo llamado Arandas, un grupo de cuatro niños se encaminaban hacia la escuela.
Todos vivían en una localidad cerca de allí, pero a uno de ellos le habían dicho que por otro camino se podía llegar mucho más rápido del que regularmente utilizaban y que los únicos que caminaban por allí, por distintas razones míticas, eran los verdaderos hombres.
Entonces sin tiempo que perder estos chavales se encaminaron por dicho camino, por el cual pasaba el río y desembocaba una parte del mismo en una presa.
Durante su travesía pasaron por un lugar llamado La Tinaja; es una presa natural de agua totalmente cristalina, proveniente del río El Gachupín localizado al oriente del pueblo.
En este lugar vieron a un hombre y lo describieron como alguien ya viejo por su joroba, portaba un sombrero bordado de palma, su calzado eran unos huaraches ya desgastados y lo más impactante, que portaba una pistola. Ese hombre rápidamente desapareció como si se hubiera desintegrado, parecido a la forma en que el viento se lleva el polvo.
Al ver esto, los niños quedaron petrificados y sin perder tiempo dieron aviso a su profesor de todo lo ocurrido; éste les prometió que irían a investigar después de que las clases terminaran (durante las vacaciones) ya que desde hace tiempo en el pueblo rondaba el susurro de que por esos caminos estaba enterrado mucho dinero de los “cristeros” que habían escondido a su paso hacia León, Guanajuato.
El tesoro resguardaba todo tipo de objetos de valor que, en aquella época, los saqueadores se aprovechaban de la guerra, o los mismos participantes, las robaban para después enterrarlas, pero por azares del destino, no las volvían a ver.
Algunas semanas después los niños y el profesor fueron a explorar ese lugar. Pasaron algunas horas buscando y buscando, porque los niños no recordaban en qué lugar habían visto a aquel sujeto. Entonces, el profesor que también practicaba el hipnotismo, hizo de las suyas para que el niño más grande quedara en este trance, por supuesto con su consentimiento, para que les dijera exactamente donde se encontraba el lugar en donde habían visto aquel hombre.
El niño les indicó en dónde había ocurrido y rápido empezaron a escarbar. Era un lugar con un aspecto tenebroso, los árboles se estremecían con la inmensa fuerza del viento que soplaba; los pájaros cantaban y hacían movimientos extraños, nunca antes vistos; tristemente sólo encontraron algunas piedras y tierra que parecía ya habían removido; o sea, ya se les habían adelantado.
Tiempo después escucharon que un grupo de campesinos les habían ‘madrugado’, y gracias a su astucia, se comprobó que eran ciertas las leyendas; en el lugar donde se les había aparecido aquel hombre a los niños, estaba un gran tesoro; monedas de oro y plata, alhajas, pistolas, crucifijos de plata y demás pertenencias de valor.
Después de ese suceso muchas personas quisieron seguir escarbando a lo largo y ancho de ese sendero, que se había hecho demasiado famoso, pero no encontraron más que terrones.
La leyenda no termina así, se dice todavía que a lo largo de ese camino se encuentran muchas más riquezas, pero solamente el que no tenga avaricia y pensamientos egoístas será quien los podrá encontrar.
¿Te atreverías pasar por allí y comprobar si realmente las leyendas que se cuentan son ciertas o
asegurarte de que son inventos de las personas cuyo único fin es asustar a los niños con historias
ficticias?
Las narrativas, historias, relatos y/o leyendas que en este espacio se dan a conocer, son productos de aprendizaje del curso-taller “Expresión Oral y Escrita” impartido por el Mtro. Pablo Huerta Gaytán a estudiantes del Centro Universitario de Los Altos, de la Universidad de Guadalajara.
Hay quienes ven a la leyenda como resultado de hechos reales a los que se agregan interpretaciones de enseñanzas válidas y hacen que la historia resulte más interesante. Pueden existir muchas versiones ligeramente diferentes de una misma leyenda porque su transmisión inicial ha sido oral.
Este es un espacio de rescate cultural de las leyendas más tradicionales de Los Altos y de Jalisco, para recuperar parte del vasto y rico patrimonio cultural mexicano. Las narrativas que aquí se dan a conocer, son colaboraciones exclusivas, pero al tratarse de la historia oral de las comunidades, Kiosco Informativo se deslinda de las mismas.
*Referencia bibliográfica:
Fonseca Fonseca, A. (2003). Leyendas, Personajes Típicos y Refranes de Arandas, Jalisco. Arandas.
