Francisco Jiménez Reynoso | @jimenezabogado | 25 de febrero del 2019
Finalmente la tentación anhelada y acariciada por los últimos presidentes de México ha sido cumplida…
Ese sueño de que las fuerzas armadas de México combatan a la delincuencia se está cumpliendo. No lo pudieron ejecutar constitucionalmente al menos los últimos cuatro presidentes que tuvo México.
Fue el actual presidente de México Andrés Manuel López Obrador el que pudo reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En el que finalmente las pretensiones del PRI, PAN, se han visto cristalizadas con el impulso de AMLO.
Felipe Calderón Hinojosa declaro una mal llamada “guerra” al narco mexicano, apoyado por las fuerzas armadas de México, siempre violando la Constitución Mexicana. La misma tendencia continuó Enrique Peña Nieto. Quien quiso formalizar las acciones inconstitucionales de su antecesor en relación a la administración de Calderón. Impulsando en su momento la Ley de Seguridad Interior, que fue echada por tierra por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En su momento advertimos de que iba en contra de tratados internacionales y de la misma Constitución Mexicana.
Ahora las fuerzas armadas mexicanas tienen nuevas facultades que corresponden originalmente a las corporaciones policiacas, lo anterior debido a diversos factores como son:
falta de policías que se requieren en México. Los que hay están mal pagados, ha faltado invertir en ellos en capacitación, adiestramiento, ha permeado la corrupción en los tres niveles de policías: federal, estatal y municipal.
Para entender lo que es el proyecto de la Guardia Nacional (según de los que la proponen), se define como una institución del Estado que participará en la salvaguarda de la libertad, la vida, la integridad y el pleno ejercicio de los derechos de las personas, protegiendo su seguridad y patrimonio, así como los bienes de la Nación, en los casos y bajo las condiciones dispuestas en esta Constitución y en las leyes. Además, también se entiende como una institución híbrida con organización y disciplina militar, pero que estará bajo el mando de la Secretaría de Seguridad Pública de carácter civil. Sin embargo, es importante destacar que la cuestión operativa estará en manos de las fuerzas armadas y la cuestión administrativa queda en manos de los civiles. Nótese la gran diferencia.
AMLO se ha reservado señalar si quien estará al frente será un civil o un militar, lo cual no es un asunto menor.
En teoría, todos los elementos de la Guardia Nacional recibirán formación en derechos humanos, capacitación y adiestramiento en labores policiales, así como en el dominio de un protocolo para la intervención y el uso de la fuerza, atendiendo a los criterios de necesidad, proporcionalidad y respeto a las leyes vigentes.
La investigación de los delitos, del fuero federal y del fuero común, corresponden al Ministerio Público, a las Policías y a la Guardia Nacional. Pero estos dos últimos actuarán bajo la conducción jurídica del MP. Lo cual implica una gran responsabilidad de quienes se desempeñen como ministerios públicos.
Los detenidos solo podrán ser trasladados y puestos a disposición de forma inmediata de las autoridades civiles correspondientes, además de la elaboración de un informe inmediato. Uno de los requisitos más importantes es tener entre 18 y 30 años de edad, ser mexicano por nacimiento, soltero y no vivir en concubinato.
Los interesados en entrar a la Guardia Nacional, puede ser hombres y mujeres, serán sometidos a examen médico, físico y sicológico, y no deben contar con antecedentes penales.
Una vez que sus datos sean validados, quienes quieran pertenecer a la Guardia Nacional, recibirán una tarjeta de concursante y pasarán a una etapa de pruebas.
La primera fase será un examen de capacidad física, los resultados serán publicados del 18 al 24 de marzo; posteriormente la segunda fase consiste en la aplicación de exámenes culturales y psicológicos.