Julio Ríos | @julio_rios | 20 de febrero de 2019
Históricamente, desde los papeles del Federalista de Madison, se hablaba de la sana división de poderes que ejercen funciones distintas y se vigilan entre sí. Es decir: ejercen contrapesos.
Pero cuando los contrapesos no fueron suficientes, nacieron los órganos autónomos,cuya independencia de esos tres poderes, es precisamente su fortaleza para velar por ciertos derechos u objetivos y cuyo papel en las democracias es sumamente valioso.
Entre las labores más comunes de estos órganos están:
- La fiscalización.
- La organización electoral.
- La defensa de los derechos humanos o del derecho de acceso a la información.
- La regulación de mercados (estas existen en Estados Unidos incluso desde el siglo XIX), entre otras.
Este último es el caso de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), integrada por siete comisionados (cuatro de ellos vacantes) y que forma parte del Sistema de Reguladores del Sector Energético junto a otros órganos similares como la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente.
Ante la CRE se solicitan permisos diversos para generar o importar energía eléctrica, producción o distribución de gas licuado, además de quedetermina tarifas de operación u otorga acreditaciones a empresas de energía limpia; entre otras funciones que no detallaremos por falta de espacio.
En resumen: las acciones de la CRE deben garantizar piso parejo e intervenir para que el mercado no se desfigure. Aunque personajes como Slim se quejan de la excesiva burocratización y agrupaciones como la Asociación Mexicana de Gasolineros acusan a la CRE de que supuestamente han solapado la corrupción.
Al presidente de la CRE, Guillermo García Alcocer, se le acusa de conflicto de interés por que cuenta con familiares que trabajan en empresas energéticas, algunos de ellos beneficiados por permisos otorgados por esta comisión.
García Alcocer señala que en su momento declaró esos conflictos de interés en su #3de3 y que por lo tanto no están ocultos. Que se ha excusado de votar en asuntos relativos a sus familiares y que uno de los permisos fue otorgado antes que él estuviera en la CRE.
Claro que no soy ingenuo: El hecho de excusarse en una votación no quiere decir que tras bambalinas no se pueda operar en favor de un amigo o pariente. Aunque tampoco hay pruebas de que esto pueda ser así. Entraríamos al terreno de la especulación.
Ante esto, hay quienes advierten que los órganos autónomos están siendo amenazados con ser desmontados, bajo el pretexto del combate a la corrupción.
Sus defensores dicen que han sido injustamente satanizados. Pero sus detractores afirman que tampoco son un castillo de la pureza.
Aquí entonces algunas consideraciones:
- Los organismos constitucionales autónomos han sido un triunfo de la sociedad civil organizada y un revulsivo para que en México, se fortalezcan los procesos electorales o la transparencia y el acceso a la información, por citar algunos ejemplos.
- Hay quienes creen que estos funcionarios han conformado sus propias élites, que solo conviven en simposios o congresos, en salones alfombrados mientras desayunan con jugo de naranja y café tostado y escuchan las ponencias que se dictan sólo entre ellos.
- Pero es cierto que las tareas que realizan los órganos autónomos requieren de alta especialización técnica con la que no cualquiera contamos y que casi siempre es fruto de muchos años de preparación e involucramiento en el área.
- También es cierto que los órganos autónomos tampoco están integrados por monjas capuchinas y frailes benedictinos.Algunos no han estado exentos de escándalos y de derroche o se han convertido en monstruosas estructuras
Por eso los órganos autónomos también han caído en el descrédito de las instituciones tradicionales. Eso ha facilitado que un sector de la sociedad NO los defienda y ni siquiera se interese por entender su importancia.
Por ello los órganos autónomos están vulnerables ante las voces que piden su extinción y débiles ante los ataques de empresarios que ahora están aprovechando para jalar agua a su molino y se frotan las manos con su desaparición. Independientemente de las fallas que tengan, no quieren decir que se deban desarmar o borrar de un plumazo.
Hoy más que nunca la sociedad debe dar la pelea para defenderlos. Que no sean invadidos por improvisados o que no desaparezcan.
Pero no sólo eso. También la sociedad tiene que luchar para que los organismos autónomos no sean intervenidos por los partidos políticos (como ha ocurrido en algunos porque no podemos meter a todos en el mismo costal). Y luchar porque también sean autocríticos- en los casos que lo amerite- y que ya se salgan de esa burbuja.
Porque ese alejamiento con el pueblo raso como le llama el presidente, es lo que provoca que pocos salgamos a defenderlos, a pesar del valioso papel que desempeñan.