Julio Ríos |@julio_rios | 05 enero de 2019
Durante su campaña proselitista, y luego en su toma de protesta, el gober ador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, se pronunció por un proyecto que a muchos les ha parecido ambicioso: la Refundación.
Y también en su toma de protesta, habló de la posibilidad de una nueva constitución. Proyecto, que parece venir ya en puerta, una vez que este martes 5 de febrero Alfaro presentó una iniciativa ante el Congreso de Jalisco para reformar la actual carta magna y dejar definido un mecanismo para eventualmente convocar a un posible Congreso Constituyente.
Muchos se preguntan entonces, si Jalisco requiere de un nuevo texto Constitucional….
Es cierto que actualmente el Congreso puede reformar la constitución, junto con los ayuntamientos (que integran el constituyente permanente). Pero buscar reformas por esta vía, si realmente queremos cambios de fondo no sería lo más sano. En otros estados han reformado prácticamente toda la constitución local en el Congreso, sin participación ciudadana. Eso sí fue una simulación.
En el caso de Jalisco, sabemos que se incluirán en el proceso, mesas de deliberación ciudadana (a la que se invitó como coordinador al doctor Luis F. Aguilar, el experto más importante en materia de gobernanza en México).
Es decir, este proceso de debate del constituyente, podrá ir acompañado de foros de discusión ciudadana, previas a la redacción del dictamen que vaya a ser discutido en el seno del eventual Congreso Constituyente.
Todo estado puede organizarse y reformar o crear las constituciones como dispongan, siempre y cuando no violen lo establecido en artículo 116 constitucional. Esa es la verdadera razón por la cual los gobernadores no pueden, ni podrán reelegirse, pero los demás cargos locales sí. Por citar un ejemplo.
La Ciudad de México ya vivió un proceso de este tipo en el año 2016.
Para entender en qué consiste este proceso, de forma breve, así lo exponemos:
- No existía en la Constitución de Jalisco, un mecanismo que estableciera la forma en que se convoca a un Congreso Constituyente.
- Por eso, esta iniciativa adiciona el artículo 117 Bis para proporcionar el andamiaje jurídico necesario para la instauración de un Congreso Constituyente.
- Jalisco sería el primer Estado en contar con un mecanismo de este tipo. (Antes, ninguna constitución se creaba pensando en que pudiera ser destruida algún día. Por eso es entendible que ninguna carta magna tiene mecanismos de este tipo).
- La idea es establecer el mecanismo, para que quede en la norma y exista la posibilidad de usarlo en un futuro inmediato.
- Además de reformar el artículo 117 bis de la Constitución de Jalisco, el siguiente paso seria expedir una ley reglamentaria, dentro de los próximos 60 días, para definir los pormenores del proceso para elegir a los integrantes del constituyente
- Ese Constituyente, contará con legisladores en funciones y representantes de los otros dos poderes, dos ciudadanos por cada distrito electoral (sin salario) y que se definirán por voto de la sociedad.
- Obviamente, no hay fecha ni siquiera para la elección de estos constituyentes. Fuentes del Poder Ejecutivo y del Legislativo, me comentaron que podría ser en 2020 o incluso en 2021, para empatarlo con la elección intermedia.
- Una vez que se elijan a estos constituyentes, se tendrán que abrir una gran discusión estatal, en la que participarán, primero, tofos los sectores en mesas ciudadanas. Y una vez que haya un dictamen, ahora sí, discutirlo en el seno del Congreso Constituyente.
Esto de las mesas ciudadanas por supuesto que no aparece en la iniciativa. Pero fuentes del Poder Ejecutivo han comentado que está en su idea, convocar a ellas.
Y la pregunta que todos se hacen…
¿Para qué es necesario contar con una nueva constitución en Jalisco?
Porque existen varios puntos flacos que se deben mejorar. Y puede hacerse e un solo tirón en una nueva constitución
¿Para qué desgastarse en hacer reformitas constitucionales, por separado, con el voto de los cabildos y procesos que se entrampan en el congreso?
Aquí algunos botones de muestra que podemos enmendar en una nueva constitución
- La reforma en materia de derechos humanos de 2011, no está reflejada del todo en la Constitución Local.
- La agenda de libertades, como el matrimonio igualitario, la interrupción legal del embarazo o incluso la voluntad anticipada, podrían ser ya reconocidos de una buena vez.
- Que se dé esa reforma tan anhelada al Poder Judicial, que permita concursos de oposición para que llegue la gente más capaz a los espacios de magistrados y jueces y terminar con esos “tianguis” en los que se han convertido algunas oficinas de procuración de justicia.
- Una Fiscalía General Autónoma…¿Se atreverían a entrarle?
- Avanzar a una constitución con criterios más generales, al estilo estadounidense y no con esa sobrerregulación motivada por la desconfianza de que lo funcionarios busquen la forma de saltarse las trancas.
- Acatar disposiciones en materia de transparencia, acceso a la información y sobre todo, protección de datos y en materia de archivos, que la constitución local no contempla a pesar de formar parte ya de leyes generales en México.
- En la actual constitución existen mecanismos para crear nuevos municipios, pero no para eliminarlos cuando pierden su densidad poblacional.
- En materia de educación, se tendrán que incluir los pormenores del modelo de Jalisco (con una evaluación no punitiva, y el derecho a la alimentación y las actividades de arte y educación física para los niños)
Esos son solo algunos ejemplos a bote pronto.
Si realmente queremos cambiar la vida pública de Jalisco, es necesario contar con un nuevo texto constitucional.
La actual, tan vieja y que data de los tiempos del Gobernador Manuel M. Dieguez, ya está muy parchada. Suma un centenar de decretos de reforma o adición, algunos de hasta cuatro o cinco artículos.
Es tiempo de una reforma integral y amplia.
Sí se puede aglutinar a todos los sectores en torno a una gran discusión estatal amplia, incluyente e integral.
Esa es la clave. Que este proceso incluya a los ciudadanos. Lo que todos esperamos es que esos añejos anhelos queden por fin plasmados en la carta magna.
Pero lo más importante: esperamos que una vez integrados a esa nueva constitución, todos esos anhelos, se apliquen.