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Juan Eduardo López Morales | @EduardoLopezM | 1 de diciembre del 2018
Al margen, que al empezar a leer esta columna, usted este de acuerdo o no con Andrés Manuel López Obrador, hasta este momento que me encuentro escribiendo estas líneas, presidente electo de México; seguramente a partir del 2 de diciembre de 2018, muchos mexicanos se despertarán con la realidad y el cuestionamiento de qué es lo que realizará.
Como colega politólogo, me da gusto, sinceramente de que un colega, por fin, ocupe el cargo más importante en el ámbito público y gubernamental. Ser politólogo y estar en la práctica es de las experiencias más enriquecedoras que tenemos, porque estás en la realidad, no solamente en la teoría, que comúnmente lo que vemos en las aulas sirve y mucho, también la realidad sirve de más.
Sinceramente deseo que le vaya bien a Andrés Manuel, si le va bien al él, nos va bien como país. Seguramente ni él, ni ningún gobernante trae una varita mágica para solucionar todas las graves problemáticas que tenemos como país, lo que sí, es que de la noche a la mañana no veremos grandes cambios, porque un gobierno en cualquier ámbito no tiene la receta de solucionar por magia las diversas problemáticas.
Habrá que esperar una revolución de conciencias, de esas que nos hace falta como sociedad, retomar la educación cívica y ética que se daba en las escuelas anteriormente y llegar a ser ciudadanos de tiempo completo, ciudadanos que respeten las leyes, las normas y sobre todo amen a México.
Un país se construye entre todos, dejemos que cada uno haga y ponga de su parte en las actividades cotidianas que cada quien tenemos. No es responsabilidad de uno solo hacer realidad los proyectos que seguramente impulsará desde el gobierno federal, para beneficio de todos.
Es importante, que usted que lee este espacio se enseñe a cuestionar, criticar, argumentar y debatir las propuestas, las acciones, las decisiones, pero sobre todo ser ciudadanos y una opinión pública, informada, organizada y crítica. Hoy más que nunca México nos necesita por las buenas decisiones, por las malas, por las ambiguas, por las que se den.
La cuarta transformación llegó a la historia de México, hagamos que ante las diversas problemáticas de un país dolido, enojado, cansado, harto, agotado y en ocasiones desesperanzado, por las formas y fondos de todos los partidos políticos sean, por fin, aquellas que rindan cuentas a los ciudadanos y que los propios ciudadanos, nos apropiemos de participar más, exigir más.
Pero, la gran incógnita: ¿Qué esperar de Amlo? Esperemos acciones, cambios, una ciudadanía activa y participativa, esperemos que los elegidos para encabezar cada dependencia gubernamental federal sean hombres y mujeres capaces de hacer frente a dar respuestas a las exigencias de los mexicanos. De manera personal espero que el primer politólogo en el cargo público máximo de la administración pública mexicana, ser Presidente de México, exponga la ventana de qué es un politólogo, qué puede lograr, pero, sobre todo, como dice una frase: Zapatero a tus zapatos, no es lo mismo que dirija un país alguien que estudio otra profesión, que quien estudio la política de forma y fondo, al tiempo. Por el bien de México, esperemos lo mejor. Bienvenida “Cuarta Transformación”.
