Por: Sofía Guadalupe García Orozco
La Hacienda de Guadalupe está situada hacia el norte en el municipio de Arandas, Jalisco. Fue fundada por don Pantaleón Orozco. Cuenta la leyenda que el motivo de su fundación, se origina después que este señor fue de paseo a la ciudad de México. Como no conocía nada de la ciudad, no sabía por dónde moverse, no tenía un lugar para quedarse a dormir, fue preguntando a varias personas por mesones donde lo pudieran albergar.
Ya era de noche, caminaba por unas calles muy oscuras y peligrosas, por lo que comenzó a tener miedo y desconfianza por donde iba caminando; unos metros después, unos hombres lo agarraron a la fuerza y lo metieron en una casa, afuera de la ciudad; ya adentro de la casa al pasar por ciertos lugares, descubrió que en las paredes estaban hombres colgados de los pies y sin cabeza, posteriormente lo encerraron en un cuarto y lo dejaron allí, sin comer y sin beber.
Don Pantaleón estaba muy asustado y temeroso comenzó a orar, pidiéndole a todos los santos, pero especialmente a la Virgen de Guadalupe, a la que prometió que si salía de allí con vida, sano y salvo, la recompensaría construyéndole una hacienda en su honor.
Misteriosamente don Pantaleón logra salir sano y salvo. Para cumplir su promesa regresó a Arandas y comenzó a trabajar mucho hasta tener un considerable capital, posteriormente busca y compra los terrenos que considera adecuados; se comenta que estos terrenos fueron demasiado grandes porque se dice que la Hacienda de Guadalupe, llega hasta el cerro del Caracol.
Algunas personas cuentan que el revolucionario llamado Victoriano Ramírez, apodado “el Catorce” le hizo una visita a Don Pantaleón, a quien en vano le pidió ganado y dinero para la “causa”; como no lo quiso ayudar, “el Catorce” le dijo que La Hacienda de Guadalupe nunca iba a crecer ni prosperar.
Años después Don Pantaleón y su familia contratan a doña Cinda para que los ayudara con el aseo de la casa, ya que era muy grande y tenían muchas ocupaciones.
Doña Cinda fue muy querida por toda la familia y los trabajadores la respetaban mucho; cuentan que su deseo siempre fue que cuando muriera, la enterraran cerca de la capilla de la Hacienda; cuando murió, le cumplieron su deseo.
Lo que más llama la atención de esta Hacienda, son las apariciones de la señora Cinda, ya que desde su muerte según versiones de varios testigos su alma no descansa en paz y se aparece por los alrededores, haciendo sonar puertas, frecuentes apariciones por la capilla y otros lugares de la Hacienda, haciendo que los trabajadores tengan miedo y no quieran salir por las noches.
Cuentan que las noches cuando ven aparecer a doña Cinda se escuchan y ven muchas lechuzas paradas en los árboles, los trabajadores comentan que hay personas que les disparan a las lechuzas por el temor de que les hagan algo, también se comenta que cuando muere una lechuza debajo de un árbol y van a la mañana siguiente, encontraban a una mujer tirada cerca del árbol donde habían matado a la lechuza; desde ese entonces se cree que las lechuzas están asociadas con brujas que salen por las noches y se convierten en estas aves.