Mariano en la calma
Por: María Esmeralda López Lupercio
Caminando va por calles angulosas,
sereno, tranquilo, el mar y su mente,
mira la recta, divisando Universos,
marca la senda cuando pisa concreto.
Su cabello azabache, baila, baila,
al compás del vaivén del viento seco
percibe exquisita melodía que emana
del más armonioso instrumento.
Dobla la esquina, igual que elige
rutas de perseverancia y arrojo,
sabe a dónde van sus pasos,
pero no así, el terreno a subyugar.
Llega a su virtuosa morada,
aposento de antiguos tiempos,
donde sabe que el arte lo añora
y las teclas de un piano lo desean.
Mariano en la calma, crea, transforma,
en dulce alegoría, una tarde gris,
unas palabras turbias, en sinfonía,
y la soledad, un coloquio de notas musicales.