El azulgrana lo volvió a hacer… hasta la última gota de sangre y sudor: Tepa Campeón

Julio Ríos | @julio_rios |20 de mayo de 2018

La pelota, como en cámara lenta, surcó los aires. Y el destino quiso, que rebotara en el travesaño.

Era el último penal de Loros. Y con esa falla, el Tepatitlán de Morelos, se consagró, una vez más, en la gloria de la Liga Premier.

Una vez más, los azulgranas llevaron la agonía hasta el límite.

Una vez más, los aficionados terminaron con el corazón en la mano hasta el último segundo.

Y una vez más, el Tepa tuvo más “huevos” que nadie.

Dos trofeos en un año. El campeonato del Torneo Clausura 2017, y ahora, el triunfo en la Final de Ascenso a lo que antes era la Primera A. Los pupilos de Enrique López Zarza derrotaron a Loros de la Universidad de Colima a domicilio. En penalties.

Lo hicieron como sólo ellos saben: con tesón y hasta el último minuto.

Esta es la historia:

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¡Y te voy a querer…PUM PUM PUM Toda la vidaaaa

Y te voy a querer… Mientras yo viva

Yo soy del Tepaaaaa

Este sentimiento. No puede parar!

Si pudieran existir dos palabras que juntas contengan en sí las virtudes de la lealtad, la pasión y la entrega incondicional, esas palabras serían las siguientes: “Porra Húngara”.

¿Qué es lo que hace viajar a una persona 267 kilómetros, cargando un gigantesco tambor de lámina? ¿Qué es lo que hace que una persona cante durante 90 minutos, y la prórroga de 30 y los penalties bajo un sol quemante, sin rajarse un solo momento? Se llama amor. Amor al equipo que representa los anhelos del pueblo.

Y los azulgranas lo saben y no pueden ser displicentes ante semejante demostración de solidaridad de su afición.

El líder de la Porra Húngara es Efraín Íñiguez Hernández. Organizó un viaje a Colima –como ya lo ha hecho en otras ocasiones para apoyar al Tepa contra sus rivales a domicilio. Esta Gran Final no podía ser la excepción.

“Todo mundo quería venir pero ya se me llenó el camión”, decía Efraín.

Muy temprano, a las siete de la mañana, el camión tenía ya el motor encendido para partir rumbo a Colima. La charla era, inevitablemente, las probabilidades que ofrecía el partido.

“Ojalá Tepa meta el primer gol y así ya nos la van a pelar”. “López Zarza es bueno para defender, así que vamos a salir bien”, “Ojalá el calor de Colima no afecte a los del Tepa”, “Dicen que si ganamos no subimos pero eso no nos importa, vamos a apoyar y a ganarles y lo demás que lo hagan los directivos”. “Vamos a demostrar que no somos un pueblo rascuache como dicen los demás equipos que nos tienen tanta envidia porque con toda su feria no pueden ganar”. Esos diálogos se escuchaban en el camión durante el camino de casi tres horas.

El camión llegó al Estadio Olímpico Universitario de Colima casi al medio día. Había que ir a comer algo, descansar un poco, comprar algunas cervezas para irse entonando y luego esperar la indicación del Jefe de Seguridad de los Loros de Colima, para poder entrar al inmueble inaugurado en 1994 y con capacidad para 12 mil espectadores.

Cuando La Porra Húngara estaba ya en la rampa, lista para entrar, llegó el camión de los jugadores del Tepatitlán.

Y comenzaron las porras:

“Tepaaaa, PUM, PUM, PUM. Tepaaaa, PUM, PUM, PUM. Tepaaaa, PUM, PUM, PUM”,

De ahí, los aficionados visitantes fueron llevados a una zona rodeada de malla ciclónica. Ahí se metió a todos los que llevaban camisas azulgranas. Después de la Porra, llegaron más aficionados que venían en otros medios de transporte.

Se llegaron a juntar como 200 personas. Mamás también. Y muchos niños, que desde ahora, se han enamorado de los colores azulgranas.

Desde el inicio todos cantando.

Mi corazón, pintado de color, te quiere ver campeón, con una estrella más

Con fiesta y carnaval

Ya me voy para la cancha. PUM, PUM, PUM, PUM, PUM

Ya me voy a ver al Tepa. PUM, PUM, PUM, PUM, PUM

Tepa no te pido nada.. solo quiero dar la vuelta

Porra Húngara del Tepa

El calor no daba tregua. Al pedir una cerveza, solamente el primer trago estaba helado. Al dar el segundo trago, aquello más bien parecía un capuchino. Aquello estaba a 35 grados. Y no había sombra.

“Hay un chiste…Un señor se fue al infierno y cuando llegó, estaba temblando de frío y el diablo le preguntó….¿Pues de donde eres? Soy de Colima”, decía uno de los cubeteros que vendía cerveza en la zona donde fue recluida la Porra Húngara, debido al calorón.

Pero el calor no iba a ablandar a la afición azulgrana. La gente de Tepa no está acostumbrada a rendirse.

Felipe, jamás dejó de tocar con pasión y de calmar los ánimos de algunos aficionados que estaban caldeándose. “El Burguer” jamás dejó de desgañitar su garganta. César Iván transmitía en Facebook lo que pasaba en la cancha y en el graderío. Fabián Parker, bailó como nunca. Efraín, tocó el bombo con ímpetu de acero. Ellos también hicieron su partido.

La Porra Húngara, como el Tepa, es invencible.

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El clima calientito. La tribuna, también. Y en los palcos, ni el aire acondicionado no daba abasto

Los jugadores del Tepa salieron desconcertados al inicio del juego.

Doce minutos y ya iban perdiendo dos a cero.

Los locales, vestidos de blanco, se lanzaron con todo al frente. Ellos tenían la necesidad de remontar y de hacerlo lo más pronto posible, pues en el partido de ida en el Estadio Gregorio “Tepa” Gómez, los azulgranas tomaron ventaja de dos goles a cero.

A los 4 minutos con 50 segundos, un tiro de esquina en favor de los emplumados, fue prolongado de cabeza por un jugador colimense y al abrir a segundo poste, apareció el capitán Víctor Omar Mañón, que remató al costado derecho del guardameta Christian López, que nada pudo hacer.

Al minuto 11 con 4 segundos, a los azulgranas se les vino el mundo encima. El árbitro consideró que un centro del colimense Pavel Becerra fue cortado por la mano del defensa tepatitlense, Alán Soria, a quien le sacó tarjeta amarilla. El penaltie fue cobrado por Mañón, quien con un potente disparo empató el global 2 a 2.

Parecía que el Tepa se derrumbaba. Y el panorama era más que halagador para Loros. Gol tempranero y empate en el global.

Pero el destino quiso otra cosa.

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El segundo tiempo fue ríspido. Chava Ojeda no pudo sacar su magia de la chistera y prácticamente el Tepa no tuvo llegada. Pero eso sí, defendieron con uñas y dientes. Y así se fueron a los tiempos extras.

Dicen que Campeón sin suerte, no es campeón. Y si no, que le pregunten a Carlos Arreola, de Loros, quien hizo crujir el travesaño con un disparo que parecía ser el de su coronación en la prórroga.

La afición azulgrana, nunca, ni un instante, dejó de tener fe.

Y los tambores tampoco dejaban de sonar. La incansable Porra Húngara, cantaba:

Por eso Tepa, mi buen amigo, esta campaña volveré a estar contigo

Te apoyaremos, de corazoooon

Esta es la porra que te quiere ver campeón

Todo se decidiría en penalties. Como es el sello del Tepa: hasta el último suspiro.

El primero en tirar fue Moisés Ramos, del Tepa, quien con seguridad anotó. Luego, vino el colimense Mañón, que tampoco tuvo problemas para anidar el esférico.

Y de nuevo, el drama. El azulgrana Oscar Saavedra, disparó muy colocado y el portero colimense, Miguel Ángel Tejeda adivinó y atajó el balón. Parecía que la esperanza se esfumaba. Pero La Porra Húngara no dejaba de gritar.

Vino Marco Granados, jugador de Loros, y desaprovechó el Handicap: también falló. Con eso se emparejaron los cartones de nuevo. El golpe anímico terminó fortaleciendo mentalmente al Tepa, que ya está curtido en este tipo de situaciones extremas.

José Ruiz y Fabrizio Díaz y Luis Rodríguez, sumaron otros tres tantos a la causa del Tepatitlán. Los colimenses Pedro Hernández y José Meza, hicieron lo propio. El Tepa ganaba ya 4 a 3.

Todo se reducía a un penaltie. Si Raúl Valdez fallaba, el Tepa se coronaría.

Los jugadores del Tepa, estaban abrazados al centro. En el palco, Raúl Arias y el alcalde de Tepa, Hugo Bravo se mordían las uñas, nerviosos. La Porra Hungara hizo un breve silencio. El único, en todo el partido en que no dejaron de cantar.

Todo estaba en manos de El Señor de la Misericordia. El santo patrono de la ciudad alteña.

Raúl Valdez, puso el balón en el manchón. Tomó un poco de impulso. Y sacó el disparo.

La pelota surcó los aires, como en cámara lenta. Casi siete mil ojos siguieron el vuelo del esférico.

¡TRAS!, se escuchó clarito, cuando la pelota rebotó en el travesaño y salía, agónicamente del campo.

Con los brazos levantados en señal de victoria, el portero tepatitlense Chirstian López saltó de emoción. Y sus compañeros corrieron a abrazarlo.

Tirados en su humanidad, los Loros lloraban en el centro del campo, mientras los azulgranas gritaban eufóricos.

“Tepa, Tepa, Tepa” , cantaba la Porra Húngara. Nadie lo podía creer. Los azugranas eran Campeón de Campeones. Obtenían de nuevo, deportivamente el ascenso a la división de plata, 26 años después. El 10 de mayo de 1992 otra generación dorada también lo hizo en patio ajeno al derrotar al Zitlaltepec.

Los jugadores, con el trofeo en las manos del Capitán, corrieron hacia la tribuna donde estaba la Porra Hungara. Había aficionados con lágrimas de felicidad corriendo por sus mejillas. Todos bailaban.

Todos brincaban. Es la gloria.

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Al regreso de Colima, por la noche, hubo un festejo en el centro de Tepatitlán. Ahí, Enrique López Zarza destacó las agallas de sus jugadores. Y la gente gritó: “Queremos ascenso, queremos ascenso”.

El dueño del club, el empresario Manuel Lobato, dijo al micrófono, que agotarán todas las posibilidades para que el Tepa juegue en la división de plata, pues así lo ganó deportivamente. Ya a muchos equipos les han otorgado prórrogas. El mismo Loros, propiedad de Jimmy Goldsmith ha contado con este beneficio.

Más allá de si el Tepa tiene o no derecho a jugar en el Ascenso MX la próxima temporada, la gente, sin duda, no olvidará jamás esas tardes inolvidables. La de la final contra el Irapuato, el 16 de diciembre de 2017, ni el encuentro contra Loros de Colima, el 19 de mayo de 2018. Ambas, en penalties.

No cualquier afición tiene la bendición de vivir épicas gestas como las que ha protagonizado el Club Deportivo Tepatitlán, coronándose agónicamente como en un guión de Hollywood. Y los azulgranas, lo han hecho dos veces en este año. La gente tiene todo el derecho de disfrutarlo.

Y también hay una realidad irrefutable: Ninguno de los Clubes de gran respeto y prosapia de la Liga Premier pudo esta campaña contra el Tepa. Ni el Irapuato, ni La Piedad. Y Ahora, tampoco Loros.

El que diga que eso no cuenta para nada, o tiene envidia, o no tiene corazón.

Y en Tepatitlán, precisamente, corazón, es lo que le sobra.

Y lo exprime siempre. Hasta la última gota de sangre azulgrana.

Y la Porra Húngara, jamás dejará de cantar…..