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Foto: Viacrucis viviente en Tepatitlán | Eduardo Castellanos

El Cristo que terminó sonriendo | CRÓNICA

Eduardo Castellanos | @KioscoInfo | 6 de abril del 2018

Casi todo el trayecto del viacrucis Rodrigo fue descalzo. Aguantó los azotes de los verdugos. Su traje blanco de manta apenas podía cubrir los golpes con los hilos de los látigos falsos, sin embargo, el dolor en el rostro del recién estrenado nazareno se percibía.

Susana, la coordinadora del grupo que cada año organiza al Judea en vivo en la Parroquia de la Sagrada Familia en Tepatitlán,  se volvió a preocupar por el nuevo actor que representaba a Jesús, en el 2017 temió que el otro Cristo se viniera abajo con todo y cruz en el monte calvario. Durante  viacrucis de la semana pasada el temor fue que Rodrigo Rodríguez Flores, no pudiera terminar el trayecto.

La líder del grupo lo veía llorar, otras veces temblando, otras tantas bufando el cansancio, mientras el sudor corría sobre el rostro maquillado con sangre falsa. Rodríguez se quejaba sin que nadie lo escuchara. Susana Temió que el actor se desvaneciera antes de concluir las quince estaciones. Pensó que de la segunda caída ya no se levantaría, pero no fue así. Otro histrión, hizo lo que marcan las escrituras: ayudar al “redentor” a cargar la pesada cruz. El ayudante involuntario era un señor robusto de piel blanca con chapas, vestía colores vivos.

El sol de primavera al mediodía era intenso, hacía difícil el andar de Jesús y los demás condenados que iniciaron el recorrido en el Auditorio Miguel Hidalgo. Más de una hora de camino y con la cruz a cuestas aumentaba los niveles de deshidratación del que representaba al “salvador”, de los demás actores y participantes de la representación del martirio del Jesucristo.

En los viveros. Unas estaciones antes de llegar a la recta final, una de las socorristas del Grupo Amigos se acercó a Jesús para limpiar una herida real, la mano izquierda de Rodrigo necesitaría suturas, le dijo la de los primeros auxilios. Se había lastimado la extremidad en una de las caídas.

En la décima estación el actor fue despojado de sus ropas, ya no tendría que caminar, ni cargar la cruz. Los soldados, como casi siempre con sus elegantes armaduras limpias color plata y sus hermosas capas rojas ayudaron a los verdugos a levantar las cruces con los tres crucificados. Jesús pidió agua, le pusieron una esponja con vinagre, después de probar la amarga hiel, reclamó al padre y murió en la cruz.

Minutos de silencio, de reflexión. Ya muerto fue despojado de la corona de espinas y bajado de la cruz para que María pudiera llorar su muerte como lloran las madres.

Los soldados nuevamente levantaron el cuerpo del actor y lo llevaron al sepulcro. Ahí se produjo el último milagro, el semblante de Rodrigo Gutiérrez Flores, era otro, parecía como si un par de minutos en la tumba hecha de lona le hubieran ayudado a reestablecerse de la fatiga del trayecto.

En su primer año representando a Jesucristo, el histrión aseguró que fue un camino difícil, dijo haber sentido el apoyo del Señor. Nunca estuvo a punto de desmayarse, ni tampoco lloraba por el dolor de ir descalzo sobre el pavimento apabullante en la primavera, dijo que todo era parte de la actuación. Se veía sereno, contento, satisfecho.

“A pesar de todo lo que tuve que aguantar, sol, latigazos; estuve muy metido en el papel, nunca me quejé de nada, bueno al final del sol nomás. Me siento muy orgulloso de haber hecho este papel se siente algo especial poder sentir lo que sintió nuestro padre Dios”.

La preparación espiritual de Gutiérrez Flores duró poco más de doce meses. Para resistir el trayecto y las dificultades del mismo, no se preparó físicamente.

“Para representar el papel me preparé más de un año. La preparación fu teniendo fe en que Dios iba a estar conmigo. Siempre le pido a él que me apoyará para sentir un poco de lo que él sintió. No realice ningún ejercicio físico”.

Rodrigo manifestó haber sentido el dolor sobre el piso caliente. Se sintió una mejor persona sabiendo que en el mundo hay gente con discapacidad motriz que no puede caminar. Ofreció su sacrificio de viernes santo por las ánimas del purgatorio, con la esperanza de poder salvar por lo menos un alma.

Aunque es la primera vez que representa a Jesús, papel para el cual él mismo se ofreció como voluntario, dijo que lo volvería a interpretar en más ocasiones.

“Me daría muchísimo gusto volverlo a hacer, lo haría con mucho orgullo y entusiasmo y más ganas”.

La del viernes fue la representación número 47 del Viacrucis viviente que organiza el Grupo de la Parroquia de la Sagrada Familia en el  Barrio Alto en Tepatitlán.

Foto: Socorrista limpia la herida a actor que representó a Jesús | Eduardo Castellanos

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