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Francisco Jiménez Reynoso | @jimenezabogado | 12 de marzo de 2018
Recientemente se han entregado los anhelados Oscares al Director y cineasta mexicano Guillermo del Toro, con 13 nominaciones, por la mejor película titulada: “La forma del agua”.
Esta fue una de las películas más esperadas del año, y esto por muchos motivos, entre ellos, el hecho de que dicha película ha sido aclamada por la crítica y muy festivaleada.
La cinta, ha dado mucho de que hablar en todo el mundo, por aquellas personas que la han visto. Además, podemos señalar que es una historia contada por Guillermo del Toro, basada en un cuento, obviamente de este gran artista cuya vida ha girado en torno a los monstruos.
Ahora nos entrega esta bella historia que además de hablar de amor, pone en la mesa, el tema de aceptar las diferencias de los demás, no sólo de especie, sino aceptar a los demás sin importar la raza, su color de piel, preferencia sexual o cualquier cosa que nos pueda hacer diferentes. Podemos destacar, que en esta película uno de los conceptos más anhelados del hombre-mujer (el amor) puede adoptar cualquier forma, tal como es el agua, que se adapta prácticamente a cualquier recipiente incluso a cualquier lugar o espacio.
Hacemos una analogía de este título (la forma del agua), con los políticos mexicanos que podemos destacar su pragmatismo, en el que son capaces de adoptar cualquier forma, con la finalidad de seguir viviendo del presupuesto.
Y claro, ellos dirán que buscan “seguir sirviendo” a México, pero usted apreciable lector tiene la última palabra. No son pocos que se sirven de la política para vivir a sus anchas, y por si fuera poco, acomodan a su parentela en puestos clave en detrimento de la profesionalización de las instituciones.
Los políticos mexicanos saben que el pueblo los repudia (y los motivos no son pocos); tenemos a mas de una decena de ex gobernadores en la cárcel, por delitos de desvío de recursos, narcotráfico, abuso de poder… por mencionar algunos. El común dominador es que su detención se llevo a cabo por la interpol, (la policía internacional) e intentan tomar la forma de “ciudadanos”. Importándoles poco los motivos por los que se incorporó en México la figura de las candidaturas independientes.
De esta manera, es prácticamente una burla para la ciudadanía, que políticos que no recibieron el apoyo de sus partidos políticos para continuar viviendo del erario (ya que muy pocos resultados ofrecieron para que los mexicanos vivamos mejor), con despecho y resentidos buscan de manera escurridiza seguir viviendo a como de lugar del presupuesto.
En Jalisco no hay candidato independiente a la gubernatura, varios aspiraron, algunos de ellos vividores de la política, pero no contaron con el respaldo ciudadano en cuanto a firmas se refiere.
No obstante lo anterior, hubo algunos que eso no los detuvo y se colgaron posteriormente a ser postulados por un partido político.
A nivel nacional, fueron los políticos corridos o no apoyados por sus partidos políticos, quienes alcanzaron una candidatura “independiente” para aspirar a ocupar la presidencia de la república mexicana.
Los auténticos ciudadanos independientes, brillan por su ausencia salvo contadas excepciones.
Pareciera ser que la partidocracia tratara de boicotear un esfuerzo ciudadano que intentaba arrebatar el poder a un puñado de políticos que por décadas han saqueado a su pueblo, traicionándolo sistemáticamente, y que hoy por hoy lo tienen sumido en una seria crisis en materia de seguridad y económica, por mencionar algunas.
ncias Sociales y Humanidades. jimenezabogado@gmail.com