Cinthya Gómez | @escriboenlaluna
24 de marzo de 2016.- Imagine la escena: madrugar, después de haber dormido poco. Salir de casa con la primera luz del día. En ocasiones, ir sin desayunar por que el primer viaje debe de comenzar puntual a las 6:30 de la mañana. Estar a tiempo para llevar a los que entran a la escuela o al trabajo al filo de las siete. Este es el itinerario matutino de un chofer del transporte público en Tepatitlán.
Durante el día hay que repetir casi mecánicamente las mismas maniobras: Contar los pasajes. «Espejear», abrir y cerrar puertas. Acelerar, frenar. Cuidarse de otros automovilistas y motociclistas, de los osados que rebasan por la derecha y hasta de los que rebasan por la izquierda. Decirle a la gente que se recorra para atrás, que bajen por la puerta trasera. Que respeten los asientos amarillos.
Lo que importa son las condiciones laborales, que aunque en Tepatitlán no son tan exigentes como en las grandes ciudades, el horario de trabajo de los chóferes de camiones urbanos en la ciudad se extienden hasta catorce horas diarias (Casi el doble de los establecido según la Ley del Trabajo que es de ocho horas diarias).
Un conductor de camión en Tepatitlán apenas si tiene tiempo para alimentarse o para desahogar sus necesidades fisiológicas.
Y es que ése es precisamente uno de los principales reclamos de la población hacia los chóferes: que paran con intransigencia su recorrido para bajar a comprar algo para comer; Sin tomar en cuenta que ese alimento podría ser el primero y el único del día.
Por la noche, al terminar el jornal de recorridos por la ciudad, súmele hasta noventa minutos más para hacer cuentas con el patrón –por que los chóferes de Tepatitlán, aún trabajan bajo la modalidad de comisiones-, llevar a encerrar el camión, limpiarlo para finalmente retirarse a casa a descansar.
El discreto sistema transporte público de Tepatitlán
Como ciudad media con crecimiento poblacional continuo, Tepatitlán de Morelos cuenta con uno de los pocos servicios de transporte público en el estado que aún pueden calificarse como aceptables. Sin embargo no todo es color de rosa.
Hoy en día operan en la ciudad cerca de 70 autobuses repartidos en cinco rutas. Cada una se reparte entre 18 y 22 autobuses, los cuales recorren derroteros de entre treinta y cuarenta kilómetros cada hora.
Las cinco rutas no cubren en su totalidad la demanda de la cabecera municipal. Por ejemplo los nuevos asentamientos que se han construido rumbo a los sauces, las Aguilillas y los arroyos apenas son visitados por un camión cada hora.
Los horarios son otra cuestión criticada por los usuarios. Las rutas comienzan sus recorridos poco antes de las siete de la mañana, pero absolutamente todas concluyen sus servicios a las nueve de la noche.
En el municipio, absolutamente ningún autobús esta adaptado con grúas o rampas para admitir a personas con discapacidad.
A pesar que desde 2014 se implementó el nuevo sistema de transporte público en el estado, en el municipio, pocas han sido las unidades que han sido acopladas para seguir los lineamientos que marca la Secretaría de Movilidad (cámaras de seguridad, letreros electrónicos, etc.).
Aunado a eso, la empresa subrogataria del transporte público en la localidad quiso implantar un sistema de salario a los chóferes. Esta acción no fue del todo aceptada por los conductores. Tan así que, según los propios choferes del transporte público de la ciudad (quienes pidieron el anonimato), ya han renunciado 10 personas por esta razón en los últimos días.
No todo es negativo
La mayoría de las rutas operan unidades con no más de una década de antigüedad. En 2014 varias rutas modernizaron sus unidades a modelos “ecológicos” que ahorran combustible. Los mismos pueden diferenciarse por que están rotulados de verde.
La mayoría de los chóferes fueron capacitados hace dos años por el Instituto de Formación para el Trabajo del estado de Jalisco (IDEFT) en materia de primeros auxilios, atención al usuario, entre otras.
El servicio que se presta en el municipio es, a diferencia del de la zona metropolitana de Guadalajara, menos mortal; ya que en los últimos años no se ha presentado una sola víctima del transporte público.
También, en los últimos tres años no se ha registrado ningún asalto a chóferes ni usuarios del transporte público en la ciudad.
Al momento, los reporteros de Kiosco Informativo no han podido concertar una cita con el concesionario del servicio en el municipio para abordar el tema.